Conoce la vida de Fray Tormenta, el sacerdote mexicano que incursionó en la lucha libre para sacar adelante su orfanato, inspirador de películas como «Nacho Libre» y «El hombre de la máscara de oro».
Sergio Gutiérrez Benítez es el nombre civil de Fray Tormenta (el verdadero Nacho Libre), un sacerdote y luchador mexicano con una gran singularidad: su amor por los huérfanos. Nacido en 1944, a la edad de 22 años ingresó a la Orden religiosa de los Escolapios. Su dedicación a la escuela lo llevó a estudiar en Roma y España, para luego regresar a México e impartir clases de filosofía e historia en la Universidad Pontificia.
Posteriormente, se convirtió en sacerdote secular y fundó un orfanato en Texcoco, Estado de México. Para hacer frente a los gastos de la casa de niños, el padre Sergio Gutiérrez decidió convertirse en luchador, ocultando su identidad para que no influyera en su público. Fue entonces cuando tomó para sí el seudónimo de Fray Tormenta. Su principal distintivo como luchador fue el uso de una máscara dorada con rojo.
En la lucha libre se suele pelear apostando la máscara o la cabellera, sin embargo, la razón de que se descubriera su identidad fue una indiscreción de otro luchador.
Nacho Libre, un homenaje a Fray Tormenta
En 1991 una producción francesa filmó una película basada en la vida del luchador bajo el título L’Homme au masque d’or (El hombre en la máscara de oro). Inspirada en la vida del sacerdote, la obra relata la vida del padre Victorio, quien está a cargo de un orfanato con 50 niños. Debido a ello, decide convertirse en luchador, a fin de sacar adelante a su comunidad.
Tres años más tarde, en 1994, la empresa Namco creó un personaje para Tekken, su videojuego de peleas. El personaje, llamado King, usaba una máscara de jaguar, sin embargo, mantenía la historia de Fray Tormenta.
La admiración por el sacerdote no terminó ahí, ya que en 2002 inspiró el filme ecuatoriano Un titán en el ring y, en 2006, la película estadounidense Nacho Libre.
Actualmente, Fray Tormenta está retirado del ring, sin embargo, sigue usando su máscara en algunos eventos litúrgicos. En su orfanato han crecido cerca de 2 mil niños y niñas. De sus “cachorros”, como cariñosamente los llama, tres son médicos, dieciséis maestros, dos son contadores, veinte técnicos en computación, nueve abogados, uno sacerdote y como 20 luchadores. Además, tiene cerca de setecientos “nietos”, hijos de los huérfanos que crió.
En octubre de este año, a sus 75 años, Fray Tormenta dio positivo al virus del Covid-19, enfermedad que puso en riesgo su vida, pero que afortunadamente superó. Hasta la fecha continúa con su labor altruista, vendiendo, entre otras cosas, máscaras originales usadas por él.
Con información de México Desconocido
