* Una advetencuia sobre «el proceso en curso» para cambiar el rostro de la Iglesia, a través de la pastoral y la sinodalidad.
Sólo los distraídos pueden pensar que el próximo sínodo sobre la sinodalidad en octubre de 2023 y octubre de 2024 no causará ninguna perturbación a la Iglesia. En verdad, este Sínodo representará un punto de inflexión decisivo: podrá cambiar el rostro de la Iglesia, darnos otro de diferente naturaleza, sin que nos demos cuenta.
No será un paso indoloro porque esta vez el sínodo no abordará tal o cual otro tema pastoral, pero tratará de la sinodalidad y, como hoy se afirma que la sinodalidad es una característica esencial de la Iglesia, por eso el sínodo tratará de toda la Iglesia, como si fuera un concilio.
Nos dirá cómo abandonar su pasado caracterizado, según los operadores del Sínodo, por un retraso de doscientos años respecto al mundo; por una estructura vertical y piramidal que hay que derribar; por un doctrinarismo y un atraso incapaz de hacer resonar la voz del Evangelio en la historia de hoy; por un cierre en sí mismo carente de capacidad inclusiva hacia los diferentes; por la falta de democracia, de escucha mutua, de capacidad de elegir juntos; por un identitarismo demasiado acentuado…mientras que, según ellos mismos, Dios quiere que existan todas las religiones; de un moralismo demasiado rígido que concede poca importancia a las circunstancias en las que la conciencia decide actuar; del deseo de no limitarse a educar las conciencias sino de ocupar su lugar, de la falta de apertura a lo nuevo; de la falta de misericordia y, sobre todo, , añaden, de la incapacidad de escuchar lo que hoy nos pide el Espíritu Santo, Espíritu que se expresa en el diálogo entre todos, fieles e infieles, católicos y ateos, y en los acontecimientos y desafíos de la historia.
El sínodo, pues, hablará de todo esto y por tanto hablará de todo.
Como sólo los despistados pueden darse el lujo de no preocuparse , la TFP (Tradición Propiedad Familiar) hizo muy bien en publicar un folleto ágil y de fácil uso titulado Proceso sinodal: una caja de Pandora , de Julio Loredo y José Antonio Ureta, que brinda todas las aristas. En pocas palabras, la posible información sobre el próximo sínodo. Para que no llegues ingenuo o desprevenido, algo con lo que muchos dedicados al cambio cuentan sin peros. La fórmula elegida es excelente: 100 preguntas y 100 respuestas. Sus promotores enviarán el folleto a todos los cardenales y obispos, así como a miles de sacerdotes. Un trabajo exigente, meritorio y oportuno.
Si reconsideramos por un momento incluso algunas de las ideas enumeradas anteriormente , nos damos cuenta de que los cambios en la Iglesia podrían ser perturbadores.
El concepto de Tradición está en gran peligro, ya no habrá distinción entre la Iglesia docente y la Iglesia que aprende, en la Iglesia se tomarán decisiones no sólo pastorales sino también doctrinales después de un debate en la asamblea, de tal manera que se podrían instituir sínodos mixtos (es decir, compuesto por eclesiásticos y laicos como ya ocurre en este sínodo en el que también participarán laicos con derecho a voto), convertidos en los diputados para gobernar la Iglesia junto al obispo o incluso al Papa. Y así, serían revisados, en continuidad con las novedades de Amoris laetitia, la moral católica en el sentido de integrar, de admitir, de justificar el homosexualismo, el transgénero, la convivencia fuera del matrimonio y el adulterio en la vida de la Iglesia, sin mencionar que la enseñanza sobre la anticoncepción, por irreformable que sea, se consideraría necesitada de una actualización, abrirse a un «nuevo ecumenismo» de tipo sincretista sin una evangelización asimilada al proselitismo que deba evitarse, los criterios de la Iglesia se adaptarían a los del mundo y la pastoral tendría su victoria definitiva sobre la doctrina.
La vida de la Iglesia podría convertirse en toda historia, proceso, tiempo… y con el tiempo surgirá el nuevo soplo del Espíritu al que, dicen los operadores del Sínodo, deberíamos estar abiertos y dispuestos a correr riesgos, evitando poner límites a Dios.
El folleto que presentamos aborda todas estas preguntas una por una.
Todos los documentos preparatorios –desde el discurso de Francisco en 2015 con motivo del aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos por Pablo VI hasta el Instrumentum laboris preparado por la secretaría del Sínodo como guía para el trabajo del Sínodo– han sido examinados y citados aquí. Pregunta sobre el «ensayo general» de este sínodo constituido por Sinodaler Weg Alemán.
No calla que en la sala de control del Sínodo ni en los demás nombramientos controlados sólo han sido colocados hombres de cierta orientación, se cuestiona el método seguido de confiar al propio proceso sinodal la tarea de aclarar lo que se entiende por sinodalidad, dejando así de lado criterios doctrinales previos, ciertos e indicativos. Todo podría surgir de un sínodo así entendido, como de una caja de Pandora, imagen que da título al libro.
A partir del próximo 4 de octubre entraremos en un túnel .
Ojalá salgamos a «ver las estrellas otra vez». Pero las premisas son muy preocupantes, también porque, como ya ha ocurrido en los últimos sínodos, da la impresión de que las conclusiones ya están establecidas desde el principio.
Por Stefano Fontana.
Ciudad del Vaticano.
Viernes 25 de agosto de 2023.
lanuovabq.