Ayer por la tarde, en el primer domingo de Adviento, el Papa Francisco llamó por teléfono a la casa de Angelo Becciu. Tras el estallido del escándalo del Palacio de Londres y la “renuncia” a su puesto como prefecto en la Curia y a los derechos y deberes del cardenalato, el Papa tiene un gesto de acercamiento con su ex ayudante. Tal vez. Sin duda, una iniciativa que abrió el corazón del arzobispo de Cerdeña, dijo, ” ya que los pensamientos del Santo Padre eran muy diferentes a los de los periodistas”.
La llamada de Casa Santa Marta llegó al final de un fin de semana que debió ser duro para Becciu. En el Vaticano había un Consistorio para la creación de 13 nuevos cardenales en el que él no participó ya que en septiembre perdió los derechos inherentes al cardenalato.
Además, durante el Consistorio, el Santo Padre tuvo duras palabras hacia quienes son una eminencia pero se desvían y terminan “fuera del camino”. “Pensemos en los muchos tipos de corrupción en la vida sacerdotal. Así, por ejemplo, el rojo púrpura del hábito cardenalicio, que es el color de la sangre, se puede convertir, por el espíritu mundano, en el de una distinción eminente. Y tú ya no serás el pastor cercano al pueblo, sentirás que eres sólo “la eminencia”. Cuando sientas esto, estarás fuera del camino”, fueron las palabras del Pontífice.
La llamada del Papa a su ex colaborador pueden ser un gesto de cercanía al inicio del Adviento, para destensar la situación. También puede ser el primer paso para una rehabilitación; el tiempo lo dirá.
Con información de InfoVaticana
