El cardenal Wim Eijk, (foto) arzobispo de Utrecht, con motivo de la visita ad limina de los obispos holandeses a Roma, pidió a las autoridades vaticanas que el Papa emita una encíclica para advertir contra la teoría de género .
Su pedido fue presentado oficialmente al cardenal Kevin Farell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
Durante una conferencia de prensa celebrada en Roma el 16 de noviembre, el cardenal explicó que “la Iglesia aún no se ha pronunciado sobre una teoría que está siendo promovida en todo el mundo por organizaciones de todo tipo. Para esto se necesita un importante documento papal en el que se expliquen las enseñanzas de la Iglesia y, si es necesario, se desarrollen más».
No es la primera vez que el cardenal Eijk, que combina la competencia del teólogo con la del médico, pide una intervención del Magisterio sobre el género.
El 16 de mayo de 2019, hablando en la Universidad Pontificia del Angelicum con motivo del Foro de la Vida de Roma, el cardenal explicó las raíces históricas e ideológicas de la teoría de género, mostrando sus graves consecuencias para el anuncio de la fe cristiana.
En primer lugar, la teoría del género para la separación del género del sexo biológico contradice radicalmente la enseñanza de la Iglesia de que las relaciones sexuales sólo tienen lugar entre un hombre y una mujer dentro del matrimonio y siempre deben estar abiertas a la procreación.
La teoría de género, en cambio, implica una libre elección de género independientemente del sexo biológico, acepta cualquier tipo de orientación sexual, promueve el llamado matrimonio entre personas del mismo sexo biológico.
También acepta sexo extramatrimonial, gestación subrogada y reproducción artificial . En segundo lugar, la teoría de género promueve la legitimidad del aborto procurado –bajo los términos eufemísticos de los derechos sexuales y reproductivos– para evitar que una mujer, embarazada sin querer, se vea obligada a asumir el rol de madre impuesto por la sociedad occidental.
En tercer lugar, la teoría del género impide la proclamación de la fe cristiana per se, socavando los roles del padre, la madre, los cónyuges, el matrimonio y la relación entre hijos y padres.
Quitar o cambiar los significados de padre, madre, matrimonio, paternidad y maternidad dificulta proclamar la fe en un Dios en tres Personas: Dios Padre, Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, y el Espíritu Santo de quien María, Madre del Hijo de Dios, es una novia. Además, la separación del género del sexo biológico hace que sea irrelevante en sí mismo si el sacerdote es hombre o mujer. “Es necesario – concluye el cardenal Eijk – mostrar los errores de la teoría de género es algo muy urgente, porque no sólo está en juego la moralidad sexual, sino el mismo anuncio de la fe cristiana”.
Por Roberto Conchi.
Ciudad del Vaticano.
Lunes 21 de noviembre de 2022.
