«El Papa está delicado de salud, apenas puede hablar o andar, e irradia tristeza. Estuve encantado de residir en su casa durante cuatro días, pero no creo que siga allí mucho más tiempo».
El juez Andrew Napolitano, de 73 años, conocido comentarista político en E.U., escribió tras una reunión de cuatro días de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales en la que Francisco participó a través de Zoom. Napolitano estuvo viviendo ess días en la Domus Sanctae Marthae, la residencia de Francisco.
Una tarde, Francisco apareció en el refectorio con un andador y un asistente en cada brazo. «Era extraño que se sentara de espaldas a nosotros», escribe Napolitano: «Quise acercarme a él y saludarle, pero un miembro de la Guardia Suiza nos había advertido que no nos acercáramos ni le llamáramos».
Dos días después, Napolitano se acercó a menos de tres metros de Francisco:
Me incliné suavemente y le susurré ‘Su Santidad’. Me miró y siguió adelante».
Napolitano es también una antigua analista de Fox News (14.500 veces en antena). Esta colaboración terminó en 2021, supuestamente por acusaciones de acoso homosexual pero, más probablemente, porque Napolitano es demasiado crítica con el régimen estadounidense. El texto completo de lo que escribió el juez, puedes leerlo a continuación:
esnews.
Mi cena con el controvertido Papa fue surrealista
El Papa Francisco llega para dirigir su audiencia general semanal en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el 6 de marzo. (AFP vía Getty Images)
Por el juez Andrew P. Napolitano
Viernes 15 de marzo de 2024 12:40 p.m.
Pasé la semana pasada viviendo y estudiando en el Vaticano como profesor invitado en la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, o PASS.
PASS es una organización de académicos que explora ideas de interés para el Vaticano. La semana pasada, PASS abordó la filosofía de Santo Tomás de Aquino, ya que el 8 de marzo de 2024 se cumplieron 750 años de su muerte.
Este no es un tema esotérico. Tomás de Aquino enseñó que todas las personas racionales son capaces de discernir el bien del mal y el bien del mal mediante el ejercicio del libre albedrío y la razón humana, y no necesitan que el gobierno los ayude en este esfuerzo.
Esto se conoce generalmente como Ley Natural. Mi presentación versó sobre el concepto de derechos naturales, una derivación del Derecho Natural.
El Vaticano, que tiene aproximadamente una octava parte del tamaño del Central Park en la ciudad de Nueva York, tiene una encantadora casa de huéspedes en sus terrenos, llamada The Domus, que fue mi hogar durante cuatro días. También es la residencia permanente del Papa Francisco.
Mis colegas de PASS y yo (25 de nosotros) estábamos cenando en el pequeño comedor de la Domus, cuando el Papa entró y se sentó a dos mesas de nosotros. Fue surrealista.
Aquí está la historia de fondo.
¿Cómo sabemos lo que sabemos? Tomás de Aquino se dispuso a responder esa intrigante pregunta. ¿Cómo sabemos que existimos, que 2 más 2 es igual a 4, que el sol sale por el este y se pone por el oeste, que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta?
Éstas son obviedades; por tanto, no pueden cambiar y todas las personas racionales pueden discernirlos. Son ciertas intrínsecamente, creamos que lo son o no.
Tomás de Aquino enseñó que todos los adultos racionales pueden descubrir la verdad mediante el ejercicio del libre albedrío. Ese ejercicio requiere pensamiento racional. En el momento en que enseñó esto, era radical, ya que otros eruditos enseñaban que fuerzas externas a nosotros nos empujaban a descubrir verdades.
Digamos que te gusta el helado de chocolate. Tomás de Aquino enseñó que uno elige racionalmente el chocolate cada vez que tiene que elegir un helado. Otros enseñaron que en realidad no se elige el chocolate; te eligió a ti, lo que significa que no puedes controlar tus papilas gustativas.
Esto no es una cuestión sutil, sino que es central en el pensamiento occidental. Si no tenemos libre albedrío, si sólo somos animales atraídos para saciar nuestros gustos, ¿somos entonces responsables de nuestro comportamiento?
¿Podemos atribuirnos el mérito cuando logramos un jonrón o componemos una sinfonía, o todo este instinto animal está actuando?
Las opiniones de Tomás de Aquino se conocen hoy como Ley Natural. Y la derivada del derecho natural son los derechos naturales. Tomás de Aquino enseñó que el mismo Dios que nos hizo a su imagen y semejanza nos dio el don del libre albedrío.
Podemos usar ese libre albedrío para descubrir la verdad, practicar béisbol, aprender música o elegir nuestro helado favorito. También podemos usar ese libre albedrío para dañar a otros, como robar una cartera o un banco.
Tomás de Aquino enseñó que cuando vemos que nos roban una cartera o un banco, instintivamente sabemos que estamos presenciando el mal. Cómo sabemos esto? Nuestro Creador nos ha programado para discernir el bien del mal.
Pero no podemos saberlo a menos que seamos libres de rechazarlo. Esa libertad se llama libre albedrío. Así como Dios es perfectamente libre, nosotros, sus criaturas, también lo somos perfectamente libres.
El libre albedrío es tan perfecto que uno puede usarlo para convertirse en un monstruo o un santo. Dicho de otra manera, somos libres de rechazar las verdades que estamos programados para discernir. Hay monstruos entre nosotros que no ven nada malo en robar una cartera o un banco.
La teoría de los derechos naturales (extrapolada de Tomás de Aquino) enseña que nuestros derechos son reclamos permanentes contra el mundo entero, que nadie, ni siquiera el gobierno, puede quitarnos.
Por supuesto, el ladrón de carteras y el ladrón de bancos renuncian a sus derechos cuando violan los derechos del propietario de la cartera y de los depositantes del banco.
Hoy en día, permitimos que el gobierno nos quite nuestros derechos a poseer propiedades (bajo la apariencia de impuestos o regulaciones) y nos quite otros derechos, como la privacidad y la libertad de expresión, todo el tiempo.
Tomás de Aquino sabía que el gobierno es la negación de la libertad. En el siglo XXI nos damos cuenta de que tenemos un gobierno que es completamente indiferente a nuestros derechos.
Las personas que dirigen el gobierno federal (sin importar qué partido político esté en el poder) creen que pueden matar a cualquier enemigo, robar cualquier propiedad, reclamar cualquier derecho, declarar cualquier error, regular cualquier comportamiento, gravar cualquier evento e insinuarse en cualquier relación. siempre y cuando puedan salirse con la suya políticamente; todo ello desafiando la ley natural.
Hoy en Estados Unidos vemos la destrucción de los principios del derecho natural y el rechazo de los derechos naturales.
Ahora, volvamos al Papa.
Los católicos creen que él es el Vicario de Cristo en la tierra. Pero el Papa actual puede ser el peor de la historia. Ha diluido las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio, la sexualidad y la confesión.
Ha suprimido la Misa a la que asistían y participaban todos los santos canonizados en el Cielo. Sus ataques a la teología y la liturgia tradicionales son lo opuesto a lo que se supone que debe hacer: preservarlas.
Sin embargo, fue surrealista cuando lo llevaron al comedor de la casa de huéspedes, usando un andador y un asistente en cada brazo. Fue extraño cuando se sentó de espaldas a nosotros. Quería acercarme a él y saludarlo, pero los guardias suizos nos habían advertido que no nos acercáramos a él ni lo llamáramos.
Dos días después, doblé una esquina en el vestíbulo de la casa de huéspedes y allí estaba él, a tres metros de distancia. Me incliné suavemente y susurré «Su Santidad». Me miró y siguió adelante.
El Papa tiene mala salud, apenas puede hablar o caminar; y irradia tristeza. Me emocionó residir en su casa durante cuatro días, pero no creo que él esté allí por mucho más tiempo.
El juez Andrew P. Napolitano, graduado de la Universidad de Princeton y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame, fue el juez vitalicio del Tribunal Superior más joven en la historia de Nueva Jersey. Es autor de cinco libros sobre la Constitución de Estados Unidos.
VIERNES 15 DE MARZO DE 2024.
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