Era plena Segunda Guerra Mundial, en el otoño de 1943. Muchas zonas de Apulia, Italia, fueron bombardeadas por los aliados; sólo se salvó San Giovanni de Rotondo, la ciudad natal del Padre Pío. Esto no fue de ninguna manera una coincidencia, según un informe en el sitio web oficial del Padre Pío.
Las tropas aliadas estaban estacionadas en Bari y desde allí bombardearon la zona de Gargano cerca de San Giovanni Rotondo. El padre Dámaso de Sant’Elia, superior del monasterio de Pianisi, informó que después del 8 de septiembre de 1943, los militares lanzaron repetidos ataques contra toda la provincia.
Cuando los soldados quisieron bombardear San Giovanni Rotondo, sucedió algo increíble: un monje se les apareció en el cielo y les prohibió lanzar bombas allí. Un testigo directo de este hecho fue el general de la Fuerza Aérea Italiana, Bernardo Rosini, que pertenecía al “Comando de la Unidad Aérea” que estaba del lado de los aliados en Bari.
Tomó el mando de un escuadrón de bombarderos que debía bombardear San Giovanni Rotondo porque allí se había informado de un depósito con material de guerra alemán. Regresó sorprendido. Informó que mientras se acercaba al objetivo, él y sus pilotos vieron a un monje en el cielo con las manos levantadas.
Las bombas cayeron solas en el bosque y los aviones dieron media vuelta sin que los pilotos actuaran», dice el informe.
Rosini escuchó que en San Giovanni Rotondo vivía un monje que llevaba los estigmas de Cristo: el padre Pio.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el general, junto con algunos pilotos, visitó el monasterio donde vivía el Padre Pío. Al verlo se dio cuenta de que el Padre Pío había sido quien había desviado los aviones. El santo se acercó a Rosini, le tocó el hombro y le dijo:
¡Entonces tú eres el que quería eliminarnos a todos!”.
El general, arrodillado ante el sacerdote, escuchó las palabras en inglés, aunque el Padre Pío, como de costumbre, hablaba el dialecto italiano de Benevento. Gracias a estas increíbles experiencias, Rosini, que era protestante, se hizo amiga del Padre Pío y se convirtió al catolicismo.
Los extraordinarios acontecimientos debieron afectar profundamente a los pilotos, relata en su diario el padre Agostino de San Marco in Lamis. En abril de 1947 observó que un número cada vez mayor de soldados británicos y estadounidenses asistían a las celebraciones masivas en San Giovanni Rotondo, especialmente los domingos y días festivos. Asistieron devotamente a misa con el Padre Pío, que “duró una hora y media y casi todos comulgaron”. Al final de la misa lo saludaron, besaron su mano y pidieron oración.
ROMA, ITALIA.
SÁBADO 1 DE JUNIO DE 2024.
KATH.