* La Iglesia sinodalista ha perdido el rumbo.
Con el Camino sinodal, la Iglesia “entra en una carrera que no puede ganar”. Esto es lo que asgura el NZZ («Nuevo Periódico de Zúrich», periódico suizo, en alemán, publicado por NZZ Mediengruppe en Zúric) sobre el camino especial de la Iglesia alemana, que el Papa ha rechazado una vez más.
“La Iglesia católica en Alemania ha perdido el rumbo y, en lugar de buscar nuevos caminos, se queja del mapa teológico y maldice la brújula. Se puede culpar mucho al pontífice, a menudo errático, mayormente locuaz y a veces incontrolado. Pero ciertamente no quiere aislarse de las sugerencias de las iglesias locales”.
Desde una perspectiva romana, la Conferencia Episcopal y el Comité Central de los Católicos Alemanes son culpables de “orgullo, la raíz del pecado”.
“Lo que es único es el hecho de que un Papa informa a sus colegas ministros inmediatamente antes de una asamblea episcopal general: No, no funciona de esa manera. Usted,abandonará el suelo católico si continúa así”.
“El Camino Sinodal” comenzó en 2019 para discutir las consecuencias del escándalo de los abusos. Sin embargo, esto dio lugar a “canciones populares de propaganda reformista” como “más poder para los laicos”, “menos clérigos en la iglesia” o “abandono del celibato obligatorio”.
Las exigencias deberían fijarse en nuevos comités, primero en el Comité sinodal y, en el futuro, en el Consejo sinodal. El Papa rechazó esto, señalando que tal concilio sinodal conduciría al cisma. “El Consejo sinodal sería la conciencia personal colectivizada y, por tanto, subcontratada, un hierro de madera y una ruptura con la ley católica mundial[1] y los principios de la fe”.
En 2023, la Santa Sede prohibió el Concilio sinodal. En noviembre, Francisco advirtió que la iglesia local alemana se estaba alejando cada vez más del camino común de la iglesia global. Al final de la asamblea general, Bätzing intentó calmar la situación y afirmó que el objetivo era “preparar un consejo sinodal que corresponda a las exigencias del derecho canónico”, comentó el NZZ.
“Sería la cuadratura del círculo. La situación de las iglesias en Alemania es catastrófica. Cada vez menos personas pertenecen a ellas, cada vez más personas carecen de fe, sin perderse nada en lo más mínimo”. Bätzing achaca el descenso a la tendencia general hacia la secularización y a la falta de racionalización en su iglesia. “Al hacerlo, se está mintiendo a su propio bolsillo. El mundo no necesita iglesias que hablen como el mundo, piensen como el mundo y actúen como el mundo”.
ZURICH, SUIZA.
JUEVES 29 DE FEBRERO DE 2024.
KATH/PK.
