El ideal más elevado: Amar a Dios y al prójimo

XXX DOMINGO ORDINARIO

Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Pbro. José Manuel Suazo Reyes

El evangelio que escucharemos en la liturgia católica de este domingo (Mt 22,34-40) nos revela que el alma de la vida cristiana es el amor. En efecto, todo el plan de salvación que Dios ha proyectado para la humanidad se funda en el amor de Dios. Dios nos ama y quiere siempre nuestra salvación, esa es la buena nueva que nos ha revelado el hijo de Dios. El amor de Dios se manifestó plenamente en la cruz, como nos dice San Juan: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio hijo para que el mundo se salve”.

Al doctor de la ley que pregunta cual es el precepto más importante de la ley, Jesús no tiene la menor duda en responderle que es el Amor: “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda tu mente y amarás al prójimo como a ti mismo”. Se trata de un Amor vivido de forma vertical (Dios) y en forma horizontal (el hermano).

Ciertamente se trataba de una pregunta difícil porque la ley de Moisés contemplaba 613 preceptos y prohibiciones. ¿Cómo distinguir cual era el más importante?

Jesús ofrece con esta respuesta un ideal dinámico, positivo y universal. El amor es lo que impulsa la vida de todos. Por ello Jesús elige dos mandamientos que se relacionan con el amor. Amor a Dios y amor al prójimo. Además son dos mandamientos complementarios. No se puede amar a Dios y olvidarse del prójimo o amar al prójimo y olvidarse de Dios. Uno nos lleva naturalmente al otro.

En estos días de la tragedia que viven nuestros hermanos de Guerrerro donde a ciencia cierta no sabemos el número de damnificados y de muertos que dejó el huracán es momento solidarizarnos y tener muestras de amor al prójimo necesitado; desde luego sin olvidarnos también de las víctimas de la guerra que se vive en otros paises donde también hay inumerables víctimas.

Los dos mandamientos propuestos por Jesús este domingo en el evangelio son positivos y proporcionan un impulso extraordinario porque presentan un ideal muy elevado. ¿Quién podría decir con honestidad que ha alcanzado esa medida? De ahí que debamos esforzarnos cada vez más para aproximarnos a esta propuesta de Jesús de un amor completo, un amor perfecto e ilimitado.

Este proyecto de Jesús es un ideal maravilloso que está inserto en nuestro corazón. Cada ser humano se realiza con plenitud cuando lleva a cabo este proyecto de Dios, pues hemos sido creados por amor y para amar.

Dios que es amor, nos ha creado para hacernos participar en su amor, para ser amados por él y para amarle y amar con él a todas las demás personas. El evangelio nos propone entonces el ideal más elevado: amar a Dios y amar al prójimo.

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Párroco en San Miguel Arcángel, Perote, Veracruz.