El fenómeno de las minorías occidentales

acTÚa Hispanidad
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Por: Jeffrey M. Kihien-Palza.

En estos tiempos de post modernidad las conversaciones políticas cotidianas circulan alrededor de minorías inventadas, corrección política, cambios de sexo por decreto, caprichos que se convierten en derechos, y derechos naturales, inherentes al hombre suprimidos con violencia verbal, física y estatal.

Las minorías es un fenómeno netamente occidental, inventado y promovido por el  academicismo norteamericano para el resto del mundo, no para su país. Lo lanzaron quizás sin percatarse era un bumerang que regresaría y les pegaría en la cabeza, ocasionando episodios de demencia. La minoría tiene que ser reconocida y conceptualizada desde afuera, porque el que está dentro no se da cuenta que lo es, porque no lo es. Encontrar diferencias inclusive entre dos círculos idénticos, en tiempos de relativismo ideológico, no es tarea difícil, pues la verdad como un valor absoluto no es aceptada. Los debates pueden concluir, como sucede a menudo, con “esa es tu verdad y esta es la mía,” proposición imposible porque la verdad es absoluta.

La promoción del  concepto de minoría dentro de los Estados Unidos empezó a desarrollarse en la década de los noventa, tomando como fundamento el racismo, la raza. Se inició con la invención de la  minoría afroamericana, que antes eran ciudadanos americanos como cualquier otro hijo del vecino, con los mismos derechos, obligaciones y privilegios que otorga la ley, para pasar a ser limitados por la noción de minoría y, justificando lo bueno y lo malo en el otro, no en ellos mismos. Para sus fines la manipulación académica de la historia es esencial y, se utiliza también en todos los nuevos grupos minoritarios que aparecen. En la minoría afro, la invención de que la esclavitud fue exclusiva para ellos y únicamente ejecutada por el hombre blanco cristiano, obviando la realidad histórica que todo ser humano desciende de esclavos, porque la esclavitud es una práctica que se declaró completamente ilegal en occidente hace solo doscientos años. Por ejemplo, los indios americanos antes de la llegada de los españoles eran todos esclavos sin excepción, y durante el Imperio Romano la esclavitud era la base de la economía.

La minoría, pasa a ser una masa unitaria sin voz e históricamente oprimida, y políticos se posicionan como sus líderes para representarla, con la idea de mejorar su situación desde afuera y desde el estado. Al abrirse las puertas al concepto político de minoría, se inventaron muchas más. La minoría hispana, que se resiste a ser considerada como tal y pelea para deshacerse de políticos que la utilizan, minoría asiática, como si Asia constituyera toda, una sola región con una sola lengua. A diferencia de los  hispanos que si fueron un solo país, mestizo como Roma, con un solo idioma y religión. Hay también la minoría musulmana, polinésica, caribeña. Las nuevas son las minorías afro-hispanas y afro-asiáticas. La atomización minoritaria no tiene límites, hasta llegar a las minorías sexuales, que es el paso final para la total deconstrucción del hombre y la mujer en occidente y, la finalidad escondida de la ideología de las minorías.

Las minorías sexuales o de género son las más poderosas en occidente, han logrado en corto tiempo, veinte años, confundir la tradición milenaria del matrimonio que es exclusivamente entre hombre y mujer, con el relativismo ideológico jurídico. La institución jurídica, tradicional, religiosa del matrimonio, exclusiva y excluyente entre hombre y mujer, está abierta ahora a un infinito de variantes impuestas desde el estado laico y secular. Es suficiente que dos personas se declaren amor, para que el relativismo jurídico extienda el privilegio del matrimonio sobre ellos, la exclusividad de hombre y mujer ha sido abolida por el momento, creándose al mismo tiempo como fuente del derecho; al amor. 

La relativización de los sexos, ha abierto las puertas al género, uno ya no es hombre o mujer desde la concepción, más bien elige el género que desee, y hay varios. El género es relativista, y por ser relativo es infinito también. El género a parido otras minorías, la del niño no binario, transexual, pan sexual, que reclama derecho a que el estado le pague la mutilación de los órganos sexuales que lo definen como hombre o mujer, y la terapia hormonal, para suprimir o aumentar hormonas que el cuerpo produce naturalmente de acuerdo a su sexo. Es una minoría de menores de edad, niños, que reclaman al estado ser emancipados de la tutela de sus padres, sin ningún fundamento jurídico, menos moral. Lo  peculiar en este caso, es la cantidad de adultos que apoyan esta emancipación, anti jurídica, y con un fin perverso. Para esta causa, como para las otras falsas, se recurre al cientifismo que puede fácilmente relativizar el absoluto del círculo y el cuadrado, y justificó la perdida de libertad en las democracias occidentales durante la pandemia, y luego con la medicación obligatoria. Por supuesto existe un incentivo económico, se está desarrollando la industria del transexualismo que requiere hormonas constantemente, atención médica para las mutilaciones y sus consecuencias, terapias psicológicas y medicación. Alguien tiene que vender estos productos y desarrollar y proteger ese mercado.

Se nos escapa la minoría no reclamada, la más abusada. Contantemente insultada, vejada, invisibilidad y criminalizada, la que cada vez que se atreve a dar la voz de alarma porque la civilización está en peligro, es acusada por crímenes de odio, homofobia y transfobia, es la minoría que reclama por el derecho a la vida, la familia y la protección de las tradiciones, es la minoría de los hombres y mujeres católicos que sienten el llamado de proteger a toda la humanidad. Es una minoría en constante persecución que no cede a los chantajes, menos a las amenazas y no tiene los inmensos recursos económicos de las otras, su misión es más bien celestial acompañada de martirio. Es una minoría que se reúne en secreto, como los primeros cristianos en las catacumbas, es una minoría que todavía no ha reclamado presencia política en las democracias occidentales, pero tiene que hacerlo urgentemente, porque las civilizaciones se autodestruyen cuando pierden el respeto a Dios.

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