Desde el 14 de julio, la Compañía de Jesús mira en silencio y no especifica nada sobre el patrimonio del padre Marko Ivan Rupnik.
Parece definitivo que el mosaiquista esloveno no haya presentado un recurso en el caso de la sentencia que les expulsó la Compañía. Por eso, tras numerosos artículos publicados en los últimos días, que nunca han sido desmentidos, el guía espiritual del Centro Aletti, un sacerdote emprendedor poderoso, famoso y rico, ya no es un sacerdote jesuita.
Para algunos, a estas alturas, la esperanza es que el escándalo haya terminado así: ¡Rupnik fuera y no hablar más del tema!
Pero ese no es absolutamente el caso.Pensar así y actuar así es tan abominable como el que hizo Rupnik durante tres años con varias mujeres y hombres usando la tapadera sacerdotal. Hoy no basta con decir que Rupnik ya no es jesuita.
Ahora, sinceramente, uno debería poder decir que Rupnik no es un sacerdote. Es lo menos que podría decirse.
En el estado actual de las cosas, la Iglesia católica, la jerarquía vaticana y los jesuitas deben plantear la cuestión del nuevo escándalo que está despertando sensacionalmente:
¿el abusador serial, ahora ex jesuita, cumpliendo una regla menor en el ámbito de la incardinación, puede seguir siendo sacerdotes, fundar otros centros de espiritualidad, contagiarse de títulos y autoridad eclesiásticos, recoger las llamas y predicar sus ejercicios espirituales, conducir grupos de sacerdotes y religiosos, laicos y consagradas?.
Rupnik no quiso apelar, precisamente para obtener este estatus, el de poder viajar por mar y tierra sin controles.
Había otro aspecto del grave e insoportable error cometido por el Papa Francisco cuando anuló la decisión de excomulgar al P. Rupnik pocos días después de que fuera sancionada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Si la jerarquía católica no ha entendido o no quiere entender que es inadmisible que siga siendo sacerdote, sea jesuita, salesiano, marista o franciscano, cuando sentencias firmes dicen que se trata de personas culpables de delitos sexuales graves, abuse de poder y de conciencia…entonces perderá su lucha contra estas plagas.
Permitir que Rupnik siguiera como sacerdote provoca conmoción en el corazón de millones de católicos y provoca muchas preguntas sobre el ejercicio del poder en nombre de la jerarquía.
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Algunos lectores atentos y amables nos han hecho una pregunta relevante al respeto. ¿Dónde podría estar la prueba, quizás el documento, en base al cual siempre hemos escrito que fue el Papa quien canceló la excomunidad de Rupnik? Lo cierto es que no hay «pruebas», o más, hay indiscreciones autorizadas y, sobre todo, hay una narración oficial del caso firmada por la Compañía de Jesús que demuestra la dinámica de la historia de Rupnik. Los líderes que siguieron todo el proceso de la historia desde 2020 hasta hoy, señalan tres personas: el Preboste de los jesuitas p. Arturo Sosa, entonces Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, card. Luis Ladaria y Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco.
¿Cuál de estas tres personas podría tomar esta decisión?
POR LUIS BADILLA.
JUEVES 20 DE JULIO DE 2023.
CIUDAD DEL VATICANO.