* De las cuatro basílicas papales de Roma, San Juan de Letrán es la catedral del obispo de Roma. El domingo León XIV tomará posesión oficialmente de este antiguo templo construido por el emperador Constantino
La cátedra, o trono del obispo, es el lugar desde el cual el obispo preside la asamblea como representante del mismo Cristo, y es al mismo tiempo el símbolo supremo de la potestas docendi, el oficio de enseñar que Cristo confió a Pedro y, junto con él, a los apóstoles. Ya a finales del siglo III, Cipriano de Cartago utiliza la expresión Cathedra Petri (De unitate, 4) para referirse a la sede del obispo romano.
La basílica, fundada en el año 312 por el emperador Constantino y dedicada al Santísimo Salvador, se convirtió en la catedral, la iglesia madre de Roma, porque era la sede del Papa, pero sobre todo porque a ella estaba asociada la función docente del sucesor de Pedro.
Por tanto, una vez elegido, el Papa se convierte en Obispo de Roma y toma posesión de la Basílica de Letrán, su «catedral», llamada también omnium urbis et orbis Ecclesiarum mater et caput (Madre y Cabeza de las Iglesias de toda la ciudad y del mundo).
La tarea del sucesor de Pedro, que es dar testimonio de las razones de su esperanza (cf. 1 P 3, 15) y confirmar a los hermanos en la fe (cf. Lc 22, 32), está recordada también por la tradición, conservada hasta hoy, según la cual el Papa firma documentos de carácter pastoral en la Basílica de San Pedro. Juan de Letrán.
La actual catedral episcopal fue un elemento de la decoración del ábside de la época de Nicolás IV (1288-1299) y fue transformada a finales del siglo XIX durante la problemática reconstrucción del presbiterio. En la parte inferior, sin embargo, se conserva el relieve original que representa cuatro animales simbólicos: una serpiente, un león, un dragón y un basilisco.
Los dos animales reales y los dos míticos hacen referencia al Salmo 91 de la Vulgata, que dice: Pisotearás a la serpiente y al basilisco, y hollarás al león y al dragón. Así que cuando el nuevo Papa se sienta en su silla, los pisotea. Él viene en nombre de Cristo, que venció el mal, el odio y la muerte.
