Las horas previas al Cónclave se están convirtiendo en un silencioso campo de batalla donde las sonrisas esconden mentiras, escribe Jaime Gurpegui.
Informa de que el secretario de Estado, Pietro Parolin, sufrió ayer un ataque de ansiedad que requirió intervención médica.
La clave de esta batalla está en la lucha por la masa de cardenales indiferentes: «En un Colegio Cardenalicio horizontal, sin grandes líderes carismáticos, la lucha por ganarse a los neutrales es más encarnizada que nunca».
El ala anticatólica, liderada por los jesuitas, está utilizando «maniobras burdas, casi desesperadas» para neutralizar a los ‘reyes’ católicos.
Uno de sus objetivos es el cardenal Juan Luis Cipriani, a quien intentan excluir del aula del Sínodo «recurriendo a una burda mentira, una acusación infundada, pero amplificada por los altavoces habituales».
Para ellos «la verdad no importa, las formas no importan, lo que importa es la narrativa, el control de la historia, la fabricación de percepciones».
«Están dispuestos a todo, a jugar cualquier juego sucio, para despejar el camino».
CIUDAD DEL VATICANO.
VIERNES 2 DE MAYO DE 2025.
ESNEWS.
