El anglicanismo, envuelto en escándalos sexuales; sus principales dirigentes, acusados de encubrimiento de abusos

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George Carey, de 89 años, antiguo arzobispo laico de Canterbury de 1991 a 2002 y defensor de un reiterado acusado de abusos sexuales a menores de edad, finalmente dimitió como sacerdote anglicano, según el blog del régimen británico, la BBC.

El motivo es que encubrió a David Tudor, un presunto abusador de niñas adolescentes, y permitió que volviera al sacerdocio anglicano.

Tudor fue inhabilitado por los anglicanos durante cinco años en la década de 1980 por presuntas agresiones a chicas adolescentes.

Tras su reincorporación, Tudor fue nombrado canónigo honorario de la catedral de Chelmsford. No está claro si desde entonces ha vuelto a delinquir. Sólo fue suspendido en 2019, cuando la policía abrió una nueva investigación sobre él.

La renuncia de Carey se produjo mientras otro clérigo de alto rango que debía hacerse cargo temporalmente de la Iglesia de Inglaterra enfrentaba pedidos de renuncia por su propio manejo del caso Tudor.

La renuncia de Carey no frena el escándalo dentro de la llamada Iglesia de Inglaterra o anglicana, pues el caso de Tudor arrastra a otros más.

En efecto, según se informa, también el arzobispo de York, Stephen Cottrell, permitió que Tudor permaneciera en su puesto a pesar de saber que la Iglesia le había prohibido estar solo con niños y había pagado una compensación a una de sus acusadoras.

En octubre, a Tudor se le prohibió ejercer el ministerio de por vida tras reconocer que había tenido relaciones sexuales con dos adolescentes, de 15 y 16 años, en la década de 1980.

Los escándalos sexuales han sacudido a los anglicanos que han apoyado las llamadas uniones homosexuales. Tanto es así que se espera que el mismo arzobispo de York, Stephen Cottrell igualmente acusado de encubrir al ya multicitado Tudor, pretende asumir el próximo mes como jefe espiritual de la iglesia en reemplazo del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, quien también renunció en noviembre por la forma en que manejó distintas denuncias de abuso sexual.

Carey renunció a su «permiso para oficiar» en una carta de dimisión, diciendo que había sido un «honor servir» durante más de 60 años.

A su vez, Justin Welby, el último arzobispo laico de Canterbury, dimitió el mes pasado por su gestión de otro caso de abusos sexuales.

LONDRES, INGLATERRA.

JUEVES 29 DE DICIEMBRE DE 2024.

ESNEWS.

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