Entrevista con el antiguo jefe de la Gendarmería Vaticana y protector de los Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
Durante décadas fue algo así como el ”ángel de la guarda” de tres papas. Bajo su mandato como jefe de la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani protegió a Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Hasta que, en 2019, renunció al cargo tras una fuga de noticias publicadas en el semanario italiano L’Espresso.
En su carta de dimisión aclaraba los motivos: “Deseando asegurar que las investigaciones sobre este caso continúen con serenidad y al no tener ninguna responsabilidad sobre este asunto, he puesto mi cargo a disposición en las manos del Santo Padre, con espíritu de amor y fidelidad a la Iglesia y al sucesor de Pedro”.
Policía y militar de carrera unió su destino a la Santa Sede. Ahora afronta una nueva vida. Es el presidente de la Fundación de la empresa de energía italiana Eni, que se ocupa de iniciativas solidarias, sociales y humanitarias y a su vez, es Presidente de la Confederazione Nazionale delle Misericordie d’Italia, un ente que desde el año 1244, se dedica a realizar obras de caridad.
Desde la oficina de la fundación atiende a El HuffPost en este encuentro, rememorando aquella larga etapa que cambió su vida para siempre.
De trabajar en los servicios secretos para Italia a convertirse en el Jefe de la Gendarmería Vaticana
Giani recuerda el momento en la que su vida personal y profesional cambió para siempre y fue cuando encontró al papa Juan Pablo II durante un viaje a La Verna (donde San Francisco recibió los estigmas).
Domenico Giani atribuye que todo fue gracias a la Providencia: “Durante el viaje del papa Juan Pablo II a La Verna, en 1993, yo, que siempre he sido muy cercano a la espiritualidad franciscana, quise ayudar al comandante Camilo Cibin, que fue el ángel custodio de Juan Pablo II y el responsable de la seguridad de cinco papas. Nunca hubiera imaginado que del aquel encuentro me convertiría en el comandante de la Gendarmería Vaticana”.
Sobre la decisión de su nombramiento
No fue de un día para otro, tuvieron que pasar seis años después de aquel encuentro con el ex ángel custodio de los cinco papas, para que el Vaticano le llamara para enviarlo a trabajar en la Gendarmería: “Fue una experiencia única y extraordinaria, de servicio, de compromiso, profesionalidad y máxima dedicación”. Giani dice que ser policía, estar tan cercano a la iglesia y servir al Vaticano, es la mejor cosa que le pudo pasar en su vida.
Cambió de vida, de casa, de tantas cosas. En el año 1999, lo nombraron vicecomandante de la Gendarmería Vaticana, dejó su trabajo en los servicios secretos italianos y se mudó a vivir a la Ciudad del Vaticano, “Mi primer día de trabajo en la Santa Sede, fue muy especial, porque en Arezzo, la ciudad en donde nací, se celebra el día de la Madonna del Conforto, que es la patrona de la ciudad, es el 15 de febrero, y el hecho de que coincidiera con mi primer día como vicecomandante de la Gendarmería Vaticana era como un milagro”, comenta emocionado. “Estar ahora aquí, al lado del papa Juan Pablo II, es único”.
Policía de vocación
“El que elige tener este tipo de vida como policía o militar, sabe que su vida estará siempre al servicio del pueblo”.
Domenico Giani fue el responsable de la seguridad de tres papas por más de 20 años. Trabajó y se ocupó de la seguridad de Juan Pablo II, del papa Benedicto XVI y del papa Francisco en más de 80 viajes internacionales e innumerables misiones por Italia.
“Mi misión siempre ha sido atender al papa por ser un símbolo y una autoridad mundial reconocida y como testimonio de Dios independientemente de quien ocupe el cargo. Es por eso por lo que mi servicio junto a los tres papas, siempre fue riguroso y motivado con este espíritu”.
Durante la entrevista tuvo recuerdos de Joaquín Navarro Valls, el español que fue portavoz de la Santa Sede por 22 años. No olvida el consejo que le dio y que vino a su mente durante todo su mandato: “Muchas personas trabajan para el papa, pero poquísimas son cercanas a él. Vosotros que estáis allí, a su lado, tenéis el deber de ayudarle a llevar la cruz. Si la abrazas no será pesada. Tú tienes que ayudar al papa a llevar la cruz”.
Del papel que desempeñó como comandante de la Gendarmería Vaticana con el compromiso y la experiencia adquirida durante los años de servicio para el Gobierno italiano, Domenico dice que lo hizo “siempre con rectitud y con los conocimientos que tengo y sobre todo con mucho respeto y devoción. De hecho, la experiencia adquirida a lo largo de los años me ha enseñado a afrontar con serenidad también en los momentos más complicados, consciente de que pueden ocurrir cosas imprevisibles, incluso en aquellos trayectos en los que habíamos recibido amenazas, todo esto naturalmente gracias a la certeza de estar rodeado de profesionales de seguridad “¡gendarmes válidos!” y confiando siempre en la Divina Providencia.
Los sustos con el Benedicto XVI y las amenazas antes de un viaje apostólico
Recuerda unos de esos momentos de su carrera, como cuando Susana Maiolo, quiso acercarse al papa en la Basílica de San Pedro y fue detenida de inmediato por el mismo Domenico Giani. También cuando el papa Benedicto fue a Turquía, a pesar de que se había desatado la ira musulmana por las citas que había hecho el papa Ratzinger sobre Mahoma y el Islam durante un viaje a Alemania en su discurso en la Universidad de Regensburg, en el que el papa, sin ánimo de provocación, hizo una cita.
Antes de la visita papal, un avión había sido secuestrado y esto planteó la cuestión de la seguridad. Luego vinieron las declaraciones del terrorista turco Ali Agca… Giani ha recordado que después del 11 de septiembre cambió todo lo relacionado a la seguridad.
Confiesa que en estos largos años de servicio ha habido muchos sacrificios, pero compensados con muchas satisfacciones, sin olvidar algunas decepciones, “Renuncié a una parte de mi vida, quitándole tiempo a mi familia, que compartió conmigo esta vocación de poner mi vida al servicio del papa”.
El papa Francisco, después de su dimisión fue a verlo a su casa, como gesto de cercanía paternal y agradecimiento por el importante servicio prestado y su testimonio hasta el último momento y en señal de gratitud.
En el año 2020, Domenico fue nombrado presidente de la Fundación Eni, cuya principal actividad es defender los derechos de los niños. Ha desarrollado proyectos en Ghana, Mozambique, Angola, Republica del Congo, Indonesia, Myanmar, ahora mismo está presente en Egipto, Argelia, México e Italia y colaboran con la Orden de Malta, la Comunidad San Egidio y Caritas Ambrosiana, entre otras. A esta imparable actividad se une su cargo como presidente nacional de la Misericordia de Italia, a la que ha estado ligado desde pequeño.
Ha recibido numerosos reconocimientos, como el de Caballero de la Gran Croce dell Ordine Piano, la más alta distinción que ofreció el papa Francisco a Giani, Caballero de la Gran Croce di San Silvestro y de San Gregorio, Caballero de la Gran Croce al Mérito de la República Italiana, Comendadore de la Orden de San Gregorio Magno, Cruz de Oficial de la orden de Isabel la Católica y muchas otras más.
Con su actual actividad sigue comprometido y dando testimonios del valor del bien común y de la atención a los demás con una mirada siempre atenta a los más necesitados.
Por ALICIA ROMAY.
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