El aborto es asesinato masivo del proyecto de Dios para sus hijos.

Psic. Octavio Escobar
Psic. Octavio Escobar

Mucho se ha dicho sobre la necesidad de controlar la natalidad durante los últimos años, pero más atroz es lo que han hecho los gobiernos para convencernos de la idea del mayor holocausto de la humanidad. Es así como en China, debido a la preferencia de hijos varones, se registra un incontable número de abortos de niñas y en el resto de los países del mundo se han implantado toda clase de ideologías que incitan a que la mujer aborte como derecho y ley.

Más allá del debate de si la mujer puede disponer o no de su propio cuerpo y por ende de la vida de esa persona que lleva cuando está embarazada, la pregunta que es, ¿quiénes son los responsables o los más interesados en que se popularice el aborto a gran escala?

Vivimos en un mundo en el que el dinero simplemente es creado por los bancos sin ningún tipo de respaldo, por lo que los grandes poderes económicos que trascienden los gobiernos, prácticamente no están en búsqueda de más dinero ya que ellos mismos lo fabrican. Por el contrario, su objetivo principal es influenciar la forma de pensar del mundo entero, con ideologías que destruyen el concepto católico de familia para reducir la natalidad.

Es ahí donde podemos ver cómo la popularización de las políticas pro-aborto, más allá de depender de los políticos que se adhieren a este tipo de medidas, depende en gran medida de lo que el público opina respecto a si es o no correcto poder matar a un ser humano que aún no ha nacido.

Para eso, los grandes poderes se encargan de utilizar a sus líderes de opinión, para convencer a los más jóvenes de qué está bien y qué no. Sin embargo, nuestros hijos menores, no tienen el conocimiento para entender de buena fuente si lo que dice su cantante favorito es correcto o no.

 

Nuestra respuesta frente al poder de este mundo para frenar la pandemia del aborto.

Sabemos que el príncipe de este mundo cuenta con todos los capitales y estructura para intentar comprar y sobornar a cuanto legislador corrupto pueda. Sin embargo, esos legisladores solo aceptan si poner su firma les trae más votos en las siguientes elecciones, por lo que al fin de cuentas somos nosotros los que podemos inclinar la balanza para que ellos se abstengan de firmar una ley de aborto.

Sin embargo, debido a que los recursos de nosotros los católicos no vienen de este mundo sino de Dios, tenemos que ser nosotros quienes le pidamos que obre en los corazones del pueblo para que aborrezca a un político que quiera ser parte de la ley del aborto.

 

Solo un corazón herido podría ver el aborto como algo bueno

Durante mis 21 años de experiencia como psicólogo he visto que las heridas que carga una persona desde su infancia determinan cómo reacciona ante los estímulos del mundo. Por ejemplo, una persona herida se refugia en el alcohol para pasar una situación difícil, mientras que una persona relativamente sana, ve el alcohol como un problema más en su ecuación.

Lo mismo ocurre con el aborto. Una persona que ha sido abandonada, agredida o abusada sexualmente y que no ha sanado sus heridas, probablemente vea el aborto como una solución lógica para el problema del control de la natalidad.

Es por esta razón que es tan importante para nosotros como católicos, sanar nuestras heridas de abandono, de agresión y de abuso sexual, para que podamos ver con los ojos de Cristo la abominación que significa quitarle la vida a un ser humano inerme.

Esta misma sanación que nosotros tengamos podremos llevarla a los corazones de quienes nos rodean y lo más importante, entender qué pedirle a Dios cuando le decimos que obre en los corazones del mundo para que se acabe esta pandemia del aborto.

En el rosario que hago todas las noches desde mi canal de YouTube (https://www.youtube.com/c/OctavioEscobar/videos) a las 9:00 p.m. hora de Bogotá a Quito Lima Houston y CDMX, quienes me acompañan me habrán oído pedirle a Dios para que toque los corazones de quienes cometen tal delito, pero más importante aún, que sane los corazones de aquellas personas que creen que esto es algo bueno.

Por eso, quiero invitarte a que me acompañes a rezar todas las noches y que aprendas tú también a sanar y a ser instrumento de sanación, tanto para ti como para tus hijos y la gente que te rodea. Solo así podremos entender, desde nuestras heridas, qué es lo que necesita este mundo para dejar que Dios obre en ellos.

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Psicólogo Clínico de Colombia