El 9 de octubre, canonización de Giovanni Battista Scalabrini y Artemide Zatti. La fecha fue anunciada por el Papa, en la basílica vaticana, durante el consistorio para la votación de algunas causas de beatificación.
Gocémonos y alegrémonos…
“Alegrémonos y alegrémonos”, pronuncia el Papa Francisco con estas palabras antes de señalar el día en que la Iglesia canonizará a los dos nuevos santos: Giovanni Battista Scalabrini y Artemide Zatti, el 9 de octubre.
El prefecto del dicasterio para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, poco antes, en la basílica de San Pedro, había presentado los perfiles de los dos apóstoles de la caridad porque estaban profundamente dedicados a los enfermos, a los últimos, a los migrantes, a los muchos rostros de Cristo sufriente en la tierra. “Ejemplos de vida cristiana y de santidad”, los definió el Papa, “para proponer a toda la Iglesia, especialmente en consideración a la situación de nuestro tiempo”. Dos figuras sobre las que los cardenales, informa Francisco, se expresaron «por escrito», expresando su pensamiento «individualmente».
El vínculo con los migrantes
“El testimonio de estos dos beatos -explica el cardenal Semeraro presentándoselos a Francisco- llama la atención de los creyentes en Cristo sobre el tema de los migrantes” que, como ha dicho varias veces el Papa, “si se integran pueden ayudar a respirar el aire de una diversidad que regenera la unidad; pueden nutrir el rostro de la catolicidad; pueden dar testimonio de la apostolicidad de la Iglesia; pueden generar historias de santidad”. A continuación, el prefecto esboza la vida de Giovanni Battista Scalabrini y Artemide Zatti, destacando en el primero el trabajo pastoral hacia los migrantes “juzgado por muchos como profecía de una Iglesia cercana a la gente y a sus problemas concretos”. En el segundo, el de ser “un auténtico intérprete del espíritu salesiano, con un temperamento afable y la alegría que siempre le acompañó, incluso en las circunstancias más difíciles”.
El apóstol de los migrantes
Los dos nuevos santos vivieron entre los siglos XIX y XX, Giovanni Battista Scalabrini fue obispo de Piacenza, fundó las Congregaciones de los Misioneros de San Carlo con la misión específica de servir a los inmigrantes. El 21 de mayo, el Papa autorizó la dispensa del segundo milagro para su canonización. El postulador de su causa, el padre Graziano Battistella, recuerda la entrega que Scalabrini tuvo hacia los migrantes y que se transformó en acciones concretas pero también en amor por los niños, tanto que fue llamado el «apóstol del catecismo». “Su relevancia -recuerda el padre Battistella- radica en recordar que todos estamos involucrados en la misión porque es parte inherente de nuestra creencia”.
Un santo salesiano
Artemide Zatti, un salesiano coadjutor, que trabajó con los enfermos en Viedma, Argentina, todavía dice mucho al hombre de hoy. Era un emiliano que se mudó con su familia al país latinoamericano, en su corazón el deseo de ser sacerdote pero en realidad se convirtió en un enfermero que experimentó la ferocidad de la enfermedad en su propia piel, contrayendo tuberculosis. “Creí, prometí y sané” fue su lema al relatar el camino recorrido y la curación gracias a María Auxiliadora. El postulador general de los salesianos, don Pierluigi Cameroni, esboza algunos elementos de actualidad, hablando de la forma en que afrontó la enfermedad en un tiempo de pandemia, similar al que estamos viviendo. Fue también un migrante, realidad que aún hoy se vive, capaz de volver a proponer la radicalidad del Evangelio en el seguimiento de Cristo y en las huellas de Don Bosco,
Benedetta Capelli.
Ciudad del Vaticano.