La diócesis de Sioux Falls (Dakota del Sur/Estados Unidos) promulgó unas directrices sobre el travestismo en las que se establece que todas las personas – incluidos estudiantes, trabajadores de la iglesia y voluntarios de la parroquia – serán tratadas de acuerdo con su verdadero género cuando se trate de nombres, pronombres, documentación, baños y demás.
Esta política se caracteriza por su excepcional claridad y veracidad. A las personas con confusión de género no se les permite realizar tareas en la liturgia en las parroquias y escuelas. Se les excluye de recibir la Comunión si se disfrazan de mujer/hombre o se amputan los genitales.
Estas personas no pueden ser bautizadas ni desempeñarse como padrinos, padrinos de Confirmación o acompañantes en las bodas mientras no acepten las enseñanzas de la Iglesia.
Están permitidos los funerales para los travestis, pero hay que dirigirse al difunto por su nombre y pronombre normales. Las normas son “intencionadamente excluyentes”. Esta exclusión se aplica a todos los que se han excluido de la Iglesia por “un estado de pecado grave o escándalo público”.
Mientras tanto, los obispos de la Iglesia Alemana -subvencionada por los impuestos de los contribuyentes- están en proceso de cambiar los registros de bautismo existentes para rendir homenaje a los dogmas del travestismo.
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