San Nicolás es uno de los santos en el radar tanto de la gente secular como de la religiosa. Su fiesta, el 6 de diciembre en el calendario litúrgico católico , es celebrada en todo el mundo por muchos cristianos.
San Nicolás nació en el año 270 d. C. de padres ricos en Patara, una antigua ciudad marítima en Licia, ahora Turquía . Era hijo único y quedó huérfano a una edad temprana, y la importante fortuna que heredó eventualmente se distribuiría entre los pobres. Se convirtió en obispo de Myra, sufriendo persecución, encarcelamiento y tortura bajo el emperador Diocleciano.
Pero la gente de Mira lo amaba. Era conocido por arrojar bolsas de oro por las chimeneas de las casas donde vivían mujeres jóvenes, demasiado pobres para tener dotes. Esto les permitió casarse y evitar la tentación de prostituirse. También es conocido por dejar monedas de oro para los niños pobres dentro de los zapatos que dejaban afuera de sus puertas por la noche. Siglos después, los niños de todo el mundo todavía se quedan dormidos esperando recibir regalos de San Nicolás, una querida tradición que surgió de la consideración del obispo que a menudo acudía al rescate.
Tales historias inspiraron al famoso poeta Dante Alighieri, un milenio después, a incluir a San Nicolás en «La Divina Comedia» como la antítesis de la codicia. En la segunda parte de ese poema épico, el Purgatorio, el narrador lamenta la cantidad de almas del Purgatorio que han sucumbido al «lobo» de la codicia. En este contexto, Dante escribe sobre «el regalo de Nicolás, que otorgó generosamente a las doncellas, para salvar su juventud sin mancha».
El atrevido obispo de Myra también salvó la vida de algunos habitantes. Cuando San Nicolás estaba ministrando en una parte remota de su diócesis, los ciudadanos de Myra llegaron a él con noticias urgentes. Informaron que tres hombres inocentes habían sido condenados a muerte como resultado de que un miembro del jurado aceptara un soborno.
Corriendo hacia el campo del verdugo, el santo encontró a los tres hombres arrodillados con los brazos atados, esperando el golpe fatal. Nicolás tomó la espada de las manos del verdugo y la arrojó al suelo, luego ordenó que los condenados fueran liberados de sus ataduras. Reprendió al jurado responsable del error judicial.
Nicolás también mostró su poderoso compromiso con Cristo mientras servía en el Concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico en la historia de la Iglesia. Fue convocado por el emperador Constantino en el año 325 d. C. para resolver la herejía difundida por un sacerdote llamado Arrio de que Jesucristo no era divino sino un ser creado.
Muchos de los obispos presentes eran sobrevivientes de la cruel persecución de Diocleciano. Sin duda, muchos todavía mostraban signos físicos de la tortura que soportaron por la Única Fe Verdadera. La herejía de Arrio fue una afrenta para ellos y para Nicolás. Como lo expresó una fuente , «[ellos] estarían dispuestos a someterse nuevamente a prisión… en lugar de traicionar a Aquel que los había sostenido durante los años más duros».
Cuando Arrio no cedió a las súplicas de la fe ortodoxa, Nicolás se acercó a Arrio y lo golpeó.
A Nicolás a veces se le conoce como el «hacedor de maravillas», y muchos testifican que él respondió a sus oraciones.
El padre Joseph Marquis de la Iglesia Católica Bizantina del Sagrado Corazón en el área metropolitana de Detroit le dijo a Church Militant en 2019 que su devoción por los santos, y por San Nicolás en particular, se remonta a su infancia. Él y su hermano gemelo rezaron al santo por la recuperación de sus padres enfermos. Después de que sus padres se recuperaron, San Nicolás se convirtió en el santo amado del sacerdote durante toda su vida.
El sacerdote de Detroit también protege una notable reliquia de San Nicolás en su iglesia: una botella llena de un líquido que huele a rosas. El líquido, que se ha formado alrededor de los huesos del santo a lo largo de los siglos, se llama «maná» y durante siglos se ha demostrado que posee poderes milagrosos. Los enfermos vienen de todas partes en busca del consuelo y la curación que atribuyen a los huesos reliquia que ahora se encuentran en la Basílica Pontificia de San Nicolás en Bari, Italia.
San Nicolás también es uno de los favoritos entre los no católicos. Un ejemplo interesante es el de Mary Elizabeth Mapes Dodge (1831-1905), autora infantil estadounidense famosa por su novela Hans Brinker . Una vez dijo: «Soy tan protestante, en verdad, como cualquier buena dama que entra a la iglesia, pero no está mal recurrir a veces al buen San Nicolás».
Durante décadas, Dodge editó la popular revista infantil mensual St. Nicholas , que se publicó desde 1873 hasta la década de 1940.
Con tantas historias de San Nicolás que inspiran a personas siglos después de su vida terrenal, no es de extrañar que sea el patrón de tantas personas, incluidos niños, pasteleros, balseros, prisioneros, comerciantes, marineros, molineros, notarios, novias, panaderos y peregrinos. , cerveceros, viajeros, pescadores, jueces, estudiantes, prisioneros y marineros. También es patrón de Grecia, Rusia, Amberes, Berlín y Myra.
por Martina Moyski.
ChurchMilitant.
