Devuelve impuestos a las familias, el gobierno pro vida y pro familia húngaro de Orbán

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El Gobierno de Orbán, dada la recuperación económica del país y gracias a los 4.400 millones de euros conseguidos en los mercados internacionales con una emisión de bonos para cubrir el retraso de los fondos de recuperación, ha decidido devolver a los hogares unos dos mil millones de dólares en concepto de impuestos sobre la renta a partir de principios de 2022 y también prevé un gran aumento del salario mínimo. 

¿Buenas prácticas para impulsar la familia y la natalidad? Mientras que en el Reino Unido incluso los laboratorios de ideas progresistas están preocupados por los efectos dramáticos de la falta de hijos, en Hungría el primer ministro Orban promete miles de millones en devoluciones de impuestos para las familias.  En vista de la recuperación económica del país, el gobierno ha decidido devolver a las familias unos dos mil millones de dólares en concepto de impuestos sobre la renta a partir de principios de 2022 y también prevé un gran aumento del salario mínimo.

No se trata de una medida puntual tras una década de políticas a favor de la familia y la natalidad; con esta medida de choque anunciada por Orban el 20 de septiembre, en la apertura de la sesión de otoño del Parlamento, Hungría demuestra su tenacidad a favor de la célula fundamental de la sociedad. ¿Medidas electorales? En realidad no, dado el compromiso constante, pero es cierto que el próximo año en Hungría el Parlamento tendrá que elegir al presidente de la República y a finales de la primavera los ciudadanos votarán en las elecciones parlamentarias.

Hungría ha recaudado alrededor de 4.400 millones de euros en los mercados internacionales con una emisión de bonos a fin de evitar que el retraso en el envío de los fondos de recuperación europeos pueda crear problemas a las políticas expansivas del gobierno. En su discurso ante el Parlamento, Orban anunció un crecimiento económico del 5,5% para este año, con la posible llegada de los fondos de recuperación y el cobro de la liquidez de los bonos del Estado: medidas que permiten al gobierno enviar la devolución de impuestos a todos los hogares el próximo mes de febrero.

Además, los datos presentados por Orban en el Parlamento muestran que más de 4,7 millones de personas tenían trabajo en julio; nunca ha habido tantos empleos desde el cambio de régimen en 1989, por lo que el país se acerca al pleno empleo. «En total, Hacienda devolverá 600 mil millones de florines (1.700 millones de euros) a 1,9 millones de padres», ha dicho el primer ministro húngaro.

Polonia ha anunciado la misma medida y prevé una gran devolución de impuestos a los hogares a partir del año que viene. Para Hungría, esta devolución de impuestos no será la única medida nueva del próximo año. Orbán ha reiterado que la exención del impuesto sobre la renta para los menores de 25 años entrará en vigor el año que viene, pero los jubilados también recibirán una paga extra debido al aumento de la inflación.

El salario mínimo, una batalla que en teoría siempre abanderan los partidos socialistas europeos, en Hungría pasará de los 167.400 florines (465 euros) actuales a 200.000 florines (565 euros) a partir del 1 de enero de 2022. Obviamente, los partidos políticos de la oposición, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha antisemita unida en la coalición anti-Orbán, han criticado las medidas anunciadas por el gobierno húngaro.

Comentando el procedimiento de infracción de la Comisión Europea contra Hungría por la ley gubernamental de protección a infancia, Orbán ha dicho: «No daremos cabida a ningún tipo de propaganda sexual dirigida a nuestros niños». Cabe recordar que durante su reciente viaje a Hungría y Eslovaquia, el papa Francisco ha elogiado las políticas a favor de la natalidad y la familia promovidas por el gobierno de Orban y su coalición parlamentaria desde hace más de una década.

Mientras las familias húngaras (y polacas) recogen los beneficios de las políticas de natalidad y familia de sus conservadores (muy denostados por los medios de comunicación), en Inglaterra son los laboratorios de ideas progresistas los que alzan la voz y dan la alarma sobre los dramáticos peligros que corre el país debido a la natalidad; es singular que haya sido The Guardian (periódico de izquierdas) el que haya expresado estas preocupaciones el 20 de septiembre.

La «escasez de niños» en Gran Bretaña podría provocar un declive económico, según un informe de la Social Market Foundation, un laboratorio de ideas progresista y bipartidista que estudia la evolución económica y social del país.  El informe sugiere la adopción de medidas contundentes por parte del gobierno para impulsar la natalidad y mejorar la atención a los niños. De lo contrario, con una tasa de natalidad de 1,29 niños, el Reino Unido se encamina a un grave estancamiento económico a medio y largo plazo. El documento expone explícitamente los argumentos progresistas a favor de una política de natalidad, señalando que «el 28% de los países han adoptado medidas explícitas a favor de la natalidad, tratando de evitar los costes económicos y sociales del posible descenso y envejecimiento de la población. ¿Debe el Reino Unido unirse a ellos?». Sí, concluye el estudio, y debería hacerlo rápidamente, entre otras cosas creando un «grupo de trabajo intergubernamental» que analice la situación actual y determine las medidas más eficaces que deben adoptarse, dado que los padres británicos que trabajan gastan el 22% de sus ingresos en el cuidado de los niños, más del doble de la media de las economías occidentales.

Pues bien, como recordamos sin éxito al gobierno Draghi el pasado mes de mayo, la experiencia húngara es un buen ejemplo a seguir. Esperemos que Londres abra los ojos más de lo que lo está haciendo Roma.

por Luca Volonté.

ROMA, Italia.

lanuovabq.

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