No basta con ir a las audiencias con Francisco de clérigo y sin sotana de hilos (ver foto principal) y callar todo, para no ser golpeado.
El 8 de agosto, el Santo Padre promulgó el «Motu proprio» con el que reducía sustancialmente la «Prelatura personal» del Opus Dei, instituida el 28 de noviembre de 1982 por Juan Pablo II, « a las asociaciones clericales públicas de derecho papal «.
Los cambios que pueden parecer menores son en realidad sustanciales y muy importantes.
Recordamos que el 14 de julio de 2022, el Santo Padre había promulgado el Motu Proprio Ad charisma tuendum que presagiaba la degradación del Opus Dei .
Entre otros mencionamos la imposibilidad de que el Prelado sea nombrado Obispo: el único caso en el mundo de un sacerdote que ahora no puede serlo… por derecho canónico. Y además, sometiéndolo al Dicasterio del Clero en lugar de a los Obispos como era antes.
Pero, como se menciona en el exergo, el último Motu Proprio, asestó lo que parece ser el golpe final a la Prelatura Personal.
En pocas palabras, los laicos del Opus Dei están sujetos al ordinario del lugar ya los párrocos individuales y ya no a la jerarquía del Opus.
La Prelatura queda convertida efectivamente en un nombre vacío al ser equiparada con asociaciones clericales públicas de derecho pontificio.
En la nueva formulación del Papa Francisco, sólo los clérigos pueden ser incardinados en la nueva asociación clerical pública dependiente del Dicasterio para el Clero.
Parece evidente que el Opus Dei está siendo despojado de los laicos, que componían su fuerza y que ya no pueden ser considerados sus miembros efectivos.
De hecho, toda la obra de San José María Escrivà de Balaguer, el fundador del Opus Dei, queda reducida casi a un grupo clerical de oración bajo la autoridad de los obispos.
Como prueba de que una actitud propensa y totalmente obediente al Santo Padre no salva de las convicciones, de la comisión y, en este caso, de una disolución de hecho .
Nos viene a la mente lo que decía hace un tiempo un altísimo prelado de la Curia romana que afirmaba que “ con este Pontífice para sobrevivir hay que hacerse el muerto: es decir, esperar que no se dé cuenta de vuestra presencia ”,
Al final de esta historia tan triste, señalamos la difícil relación entre el Santo Padre y el derecho canónico.
La mayor parte del tiempo se limita a ignorarla, pero cuando, evidentemente, no puede, como en las mejores tiranías, primero cambia la ley que le parece mal y luego la aplica.
Nos preguntamos: después del Opus Dei, ¿a quién le toca?
Por Luigi Casalini.
Jueves 17 de agosto de 2023.
Ciudad del Vaticano.
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