Desde junio del año pasado, la Santa Sede dictó a una diócesis en Francia no ordenar a un grupo de seminaristas al sagrado sacerdocio y al diaconado. La diócesis de Toulon- Fréjus, en el sur de Francia, es una diócesis poco común en el país, con un seminario floreciente y un buen número de vocaciones al sacerdocio.
Me acompaña en este episodio de The John-Henry Westen Show, el obispo Dominique Rey, de Toulon-Fréjus, para hablar sobre cómo él y los seminaristas han estado intentando manejar la orden desde Roma.
El obispo Rey recuerda que el pedido de Roma fue una “sorpresa muy grande para nosotros”.
Actualmente, me dice, hay más de 10 seminaristas que esperan una explicación de por qué no pudieron recibir la ordenación.
Rey señala además, sin embargo, que en el seminario mismo hay un sentimiento de paz y que los seminaristas y formadores “están muy llenos de una extraña sensación de la presencia de Dios” a pesar del momento difícil.
Uno de los seminaristas que recibirán la ordenación sacerdotal, Thomas Duchesne, natural de Ontario, Canadá, explica que en las semanas previas a la ordenación, el superior de su comunidad le dijo que empezara a orar por las almas que recibirían la ordenación sacerdotal y beneficiarse de su ordenación. Cuando llegó de Roma la orden de suspender las ordenaciones, comenzó a ofrecer sus sufrimientos por su “apostolado, por la santificación de las almas”.
“Los [sufrimientos], creo, [son] también una especie de purificación para que estemos plenamente consagrados a Cristo y tengamos un gran deseo, purificados, del sacerdocio”, dice.
Cuando le pregunto a Rey por qué se suspendieron las ordenaciones, explica que cree que Roma le estaba diciendo que “el discernimiento de todas [estas] vocaciones era… un problema”, en alusión al hecho de que habría ordenado a hombres pertenecientes a muchos comunidades religiosas y no sólo para su propia diócesis, incluidos hombres del movimiento carismático y otros del movimiento tradicionalista.
Rey también destaca que la documentación necesaria para presentarse a la ordenación también estaba en regla. Mientras tanto, él y los seminaristas tienen que permanecer fieles a Roma y navegar entre la resignación y la rebelión, y está en conversaciones con la Santa Sede sobre cómo proceder.
“Envié muchas cartas, visité al rector del seminario, estuve en Roma para discutir [el asunto]”, relata Rey.
“Fue una dificultad también para nosotros, porque en un contexto donde el diálogo es muy importante en la Iglesia, la sinodalidad, etc., no tenemos respuesta a cómo los cristianos han enviado muchas cartas sin respuesta alguna. Y por eso el silencio es muy difícil de vivir. Pero [nosotros] avanzamos en la fe, avanzamos en la esperanza y oramos por la Iglesia”.
Rey menciona brevemente el apoyo que ha recibido de la gente, diciendo “por mi parte es una realidad buena y fuerte ser ayudado por muchos amigos que oran por mí, [que] oran por el seminario, [que] oran por las vocaciones”.
También explica lo que él ve como tres pilares en su diócesis: fidelidad al Vaticano II, evangelización y una “comunión pastoral con diferentes sensibilidades, expresiones de fe, diferentes carismas”, y que estos tres pilares son “ fundamentalmente lo esencial de mi ministerio”.
[Sobre monsejor Rey, José María Carrera hizo la siguiente radiografía de su labor pastoral:
[Rey, de 69 años, preside la diócesis de Fréjus-Toulon desde el año 2000. Desde entonces, su diócesis ha experimentado un boom vocacional sin precedentes, lo que es especialmente representativo en Francia, golpeada duramente por la crisis de vocaciones y de práctica religiosa desde hace décadas.
[De hecho, 15 años después de su nombramiento, Fréjus-Toulon ya era la diócesis con más ordenaciones sacerdotales por habitante al disponer de 252 sacerdotes ejerciendo en ella y 93 como misioneros más allá de sus fronteras.
[Actualmente, la diócesis de Rey tiene el tercer seminario con más vocaciones de Francia. En 2021 se ordenaron seis sacerdotes, dos menos que el año 2020 marcado por la pandemia. En 2019, el centro tenía 66 seminaristas, cifra solo superada por el seminario de la capital francesa y la comunidad de Saint-Martin.]
Por John-Henry Westen.
