Desde hace 10 años bombardeada y sancionada por Estados Unidos, Siria debe ser liberada de penas impuestas por E.U.

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Tras el terremoto que azotó grandes zonas del norte de Siria el lunes 6 de febrero, los embargos económicos y las sanciones ordenadas por los países y organismos occidentales contra la República Árabe Siria deben ser levantados de inmediato. La petición perentoria proviene de los Patriarcas y Jefes de Iglesias y comunidades eclesiales residentes en Siria.


El terremoto causó miles de víctimas en Siria, sembrando destrucción y multiplicando el sufrimiento del pueblo sirio, ya doblegado por el peso de la guerra, la pandemia, la inflación y la falta de recursos naturales, medicamentos y productos de primera necesidad. 

Ante una tierra y una nación tan devastada, los Patriarcas y Jefes de Iglesias y comunidades eclesiales presentes en Siria apelan a la ONU, y también se dirigen directamente a las Naciones que han estado imponiendo sanciones y embargos económicos a Siria encabezadas por Bashar al Assad durante años, pidiendo la eliminación inmediata de estas medidas definidas como «injustas» y, en su lugar, lanzando iniciativas humanitarias excepcionales y oportunas para ayudar a las poblaciones sirias abrumadas por desastres insostenibles.


La petición de los líderes cristianos se encomienda a una declaración firmada, entre otros, por Mar Ignatius Aphrem II, Patriarca de Antioquía de los ortodoxos sirios, por Yohanna X, Patriarca de Antioquía de los ortodoxos griegos, y por Youssef I Absi, Patriarca de Antioquía greco-católica melquita. 

«También hacemos un llamamiento», reza el comunicado, que lleva fecha del martes 7 de febrero «a las personas de conciencia viva dispersas por todo el mundo, para que alcen sus voces pidiendo el fin del sufrimiento del pueblo sirio y que permitan a los ciudadanos sirios vivir con dignidad, tal como se establece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos».


El terremoto – dice el comunicado de los Patriarcas y Jefes de las Iglesias en Siria – destruyó lugares de culto, instalaciones de salud, centros de asistencia social, alimentando un nuevo aumento en el número de personas sin hogar y desplazadas internas, justo cuando el invierno registra sus temperaturas más frías.


En su discurso, los Patriarcas y Jefes de Iglesias aseguran oraciones por las víctimas del terremoto y sus familias, rezan por la curación de los heridos y por todos los operadores involucrados en la máquina de socorro, pidiendo a los gobiernos, instituciones internacionales y organizaciones humanitarias que intervengan en ayuda del pueblo sirio independientemente de cualquier consideración y cálculo de carácter político.

Las sanciones y bloqueos económicos impuestos durante años por los países occidentales contra el gobierno de Damasco, ya introducidos en 2011, se prolongan cada cierto tiempo con la intención de producir el colapso del sistema que encabeza el presidente Bashar al Assad. 

A lo largo de los años, en innumerables ocasiones, organismos eclesiales y patriarcas y obispos individuales han criticado duramente estas disposiciones que tienen graves consecuencias para la vida cotidiana de millones de sirios, pidiendo su suspensión o abolición. 

«Perpetuar las sanciones contra Siria», dijo a la Agencia Fides el obispo Georges Abou Khazen, vicario apostólico (ahora emérito) de Alepo para los católicos de rito latino, en noviembre de 2021 «significa condenar a muchas personas a muerte». 

Después del terremoto, también el Consejo de Iglesias de Oriente Medio (Middle East Council of Churches-MECC, órgano ecuménico de enlace de las Iglesias y comunidades eclesiales presentes en los países de Oriente Medio y África del Norte) ha pedido «el levantamiento inmediato de las sanciones contra Siria y el acceso a todos los recursos, para que las sanciones no se conviertan en un crimen de lesa humanidad«

Por GV.

Jueves 9 de ferero de 2023.

Agencia Fides.

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