Deja México monseñor Franco Coppola la Nunciatura Apostólica: el Papa lo manda a Bélgica; estará hasta el 1 de enero

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La Santa Sede, la mañana de hoy lunes 15 de noviembre de 2021, dio a conocer el nombramiento papal de monseñor Franco Coppola como Nuncio Apostólico en Bélgica. Lo hizo de la siguiente manera:

Nombramiento del nuncio apostólico en Bélgica

El Santo Padre ha nombrado a Su Excelencia Monseñor Franco Coppola, arzobispo titular de Vinda, actualmente nuncio apostólico en México, nuncio apostólico en Bélgica.

Ante el escueto informe,  a temprana hora informamos que dado que no se designaba al mismo tiempo a su sustituto, consecuentemente quedaba vacante la representación.

Sin embargo, en torno a su desplazamiento a la Nunciatura Apostólica en Bélgica, monseñor Coppola envió una Carta en la que da cuenta de que su traslado no es inmediato, sino que permanecerá en México «hasta el fin del año» y «tengo entendido despedirme de Nuestra Madre el 1o de enero, en la Misa que tradicionalmente el Nuncio celebra en la Basílica de Guadalupe».

No omitimos mencionar que monseñor Coppola ha tenido una destacada actividad en México y que, todavía la semana anterior, dimos cuenta de su viaje a la Diócesis de Colima, donde fue muy bien recibido:

Colima, de plácemes: la visitan el Nuncio Apostólico, monseñor Franco Coppola, y la ‘Rosa de Plata’ a la Virgen

El siguiente es el texto completo de la carta emitida esta mañana por monseñor Coppola, en relación a lo que «hoy se publica en Roma»:

Puede ser una imagen de texto

S.E. Mons. Franco Coppola

Curriculum Vitae

Nació el 31 de marzo de 1957 en Maglie, Provincia de Lecce, Italia.

Fue ordenado Sacerdote el 12 de septiembre de 1981. Incardinado a la Arquidiócesis de Otranto, en Italia.

Licenciado en Teología Bíblica

Doctor en Derecho Canónico.

Entró al Servicio Diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 1993.

Sucesivamente ha prestado su servicio a la Santa Sede en las Representaciones Pontificias, en el Líbano, Burundi, Colombia, Polonia y en la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado (Ciudad del Vaticano).

Fue nombrado Arzobispo Titular de Vinda y Nuncio Apostólico en Burundi, el 16 de julio de 2009.

Nombrado Nuncio Apostólico en la República Centroafricana, el 31 de enero de 2014, y a la vez Nuncio Apostólico en el Chad, el 2 de abril de 2014.

Nombrado Nuncio Apostólico en México, el 9 de julio de 2016.

Conoce el Francés, Español y el Inglés.

Funciones del Nuncio Apostólico

El Nuncio Apostólico es un eclesiástico, normalmente Arzobispo, llamado a ayudar al Obispo de Roma, Sucesor del Apóstol Pedro, en su tarea de «principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, así de los Obispos como de la multitud de los fieles» (Concilio Vaticano II, Lumen Gentium 23), representándolo con una misión estable ante las iglesias y las Naciones de la tierra.

En cuanto Representante del Papa ante las Diócesis, el Nuncio es, ante todo, trámite de comunicación con la Iglesia de Roma «acerca de las condiciones en las que se encuentran las Iglesias particulares» (C.I.C.., can. 364.1). Él es, también, llamado a asistir a los Obispos, tanto singularmente, cuanto en el ámbito de las actividades de las Conferencias Episcopales (cf. can 364.1.2.3), no solo en aquello que concierne el ejercicio de su ministerio pastoral, sino también en las relaciones con las autoridades estatales. En vista de la promoción «de la paz, del progreso y de la cooperación entre los pueblos» (can. 364.5), el Nuncio, entre otras cosas, es llamado a empeñarse a favor del diálogo ecuménico con las demás confesiones cristianas, y de las relaciones con las otras religiones.

Al Nuncio Apostólico, en su tarea de Representante del Sumo Pontífice ante las Iglesias particulares, corresponde de manera especial «transmitir o proponer a la Sede Apostólica los nombres de los candidatos, así como instruir el proceso informativo de los que han de ser promovidos, según las normas dadas por la Sede Apostólica» (can. 364.4).

El Obispo de Roma, además, por un «derecho inherente» a su misma «misión espiritual» que ha sido «favorecido por un secular desarrollo de los advenimientos históricos», envía a sus propios Representantes a las «supremas Autoridades de los Estados en los cuales radica o de alguna manera está presente la Iglesia Católoca» (Pablo VI, Sollecitudo Omnium Ecclesiarum).

El Nuncio Apostólico, por lo tanto, hace presente al Papa también ante los Gobiernos, en la función de Representante Diplomático. En cuanto tal, su actividad se ubica dentro de los límites y garantías que la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas de 1961, estableció como ley internacional.

La finalidad de dicha actividad diplomática, que debe siempre llevarse a cabo en constante diálogo con los Obispos (can. 365 2), tiende a «promover y sostener las relaciones entre la Sede Apostólica y la Autoridad del Estado» y afrontar con dicha Autoridad todas las cuestiones que puedan surgir en la relación entre la actividad de la Iglesia en ese determinado territorio y el Estado, promoviendo también, si fuese el caso, la negociación de instrumentos de derecho internacional (Concordados y otras convenciones semejante), tendientes a promover la armonía y a resolver los eventuales problemas (cf. can. 365 1)

 

 

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