* No se trata sólo de lograr justicia para las víctimas del depredador sexual jesuita Rupnik. Ahora lo que a estas alturas también está en juego es el futuro de la Iglesia.
* Se trata de ayudar a esta Iglesia a sobrevivir limpia y libre de las muchas corrupciones que se presentan.
Del comunicado oficial de la audiencia del Papa, del 15 de junio de septiembre, se desprende que Francisco recibió a María Campatelli en el estudio del Palacio Apostólico. No más. Esta mañana, el Vaticano también distribuyó una fotografía de la señora Campatelli sentada frente al Papa Francisco.
¿Está todo normal, siguiendo el protocolo? ¡No! Para nada.Es más, es una fotografía muy fuerte y dolorosa porque capta en la aparente normalidad de los encuentros privados y oficiales del Pontífice, algo muy amargo y siniestro para los católicos, para «el pueblo santo y fiel de Dios», como al Pontífice le gusta decir.
A cambio de ella habría sido muy, muy diferente que apareciera una fotografía en la que en el lugar de María Campatelli -o junto con ella (¿por qué no?)-, figuraran las numerosas mujeres consagradas que habían sido abusadas por su padre Rupnik en repetidas ocasiones y, en algunos casos, en una manera repugnante.
La foto del Papa Bergoglio con la Señora Campatelli es un pésimo regalo para estas mujeres, también porque quieren conocer y ver este momento. Fue un gesto voluntario y también una broma.
Campatelli y Rupnik
La señora Campatelli es muy conocida, pero también discutida en muchos círculos en su calidad de presunta teóloga.
También alcanzó notoriedad en el caso del ex jesuita esloveno Marko Ivan Rupnik, fundador del Centro Aletti .
La señora, junto con otros 8 consagrados, pertenece a este «centro de espiritualidad» fundado y dirigido por el célebre mosaiquista, expulsado (despedido) de la Compañía de Jesús el pasado 16 de junio, luego de haber sido acusado, y condenado por graves delitos sexuales y violencia psicológica entre numerosas religiosas popr más de 30 años.
Si se acusa a un sacerote de haber perdonado en una confesión a uno de sus cómplices en la comisión de un delito, eso basta para expulsarlo de la Iglesia.
Sin embargo, a pesar de todo ello, María Campatelli, entre todo el grupo de 16 personas (9 consagrados y 7 sacerdotes), defendió públicamente al padre Rupnik y firmó una » carta a los amigos» del Centro Aletti para sustentar que su director era víctima de persecución. De hecho, el ahora infame periódico no dijo una sola palabra sobre las víctimas.
Como mencionaste, esta teóloga conversando con el Papa sabiendo que con su firma Francisco abandonó la excomunión del ex jesuita abusador en serie en la segunda quincena de mayo de 2020, fue extremo.
Esta horrenda historia trata de un sacerdote esloveno que durante años pudo utilizar su dinero, su fama artístico-espiritual, sus poderosas amistades y sus habilidades de manipulación para abusar de las consagraciones de las mujeres durante décadas .
Marko Ivan Rupnik ha podido sostener a pesar de todo ello su condición actual como sacerdote, porque siempre está protegido.
La historia de este ex jesuita comenzó con las primeras denuncias en 2018. Pero sólo más tarde, a partir de 2020, se llevaron a cabo diversas investigaciones y juicios: por parte de la Compañía de Jesús y del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Desde el departamento llegó una sentencia muy dura: sentencia de excomunión latae .
El Papa, en una plazo de 14/15 días, anuló esta excomunión y, según recuerdo, nunca dijo nada al respecto.
Desde ahora, los periodistas que lo han abordado sobre el particular, en varias ocasiones nunca han sido informados de los comentarios del Santo Padre sobre este delicado tema. Silencio de muerte.
Sólo hay dos cosas: o se opta por no hacer preguntas incómodas al Papa Bergoglio (y esto genera muchas preguntas en la prensa) o se prohíbe a los periodistas preguntar al Pontífice sobre este tema (y esto pone en duda la relación de la Iglesia con la verdad).
Por LUIS BADILLA.
CIUDAD DEL VATICANO.
SÁBADO 16 DE SEPTIEMBRE DE 2023.
