* Se trata de un «renuncio a la búsqueda del Reino de Dios» con una amplia dedicación a las añadiduras.
* El Equipo sinodal de la CEE presentó este sábado el texto síntesis con las aportaciones que han enviado las diócesis, movimientos, congregaciones y distintos grupos en relación al documento enviado por la Secretaría del Sínodo el pasado mes de septiembre.
La Conferencia Episcopal Española ha hecho público el texto con el que se se preparará la síntesis final que se enviará a la Asamblea continental del Sínodo. Lo tengo delante. Un año de trabajo en parroquias, movimientos, diócesis. No sé cuántas personas e instituciones trabajando duramente. El resultado es un texto de cuatro páginas y media.
Mi impresión es que se trata de un renuncio a la búsqueda del Reino de Dios con una amplia dedicación a las añadiduras.
Si hay algo que pide el evangelio, y lo estamos viendo ahora en estos primeros domingos del tiempo ordinario, es la conversión del corazón y el anuncio del evangelio a todos los pueblos. Es decir, la búsqueda del Reino de Dios, sabiendo que lo demás se nos dará por añadidura.
Veo con estupor que la propuesta global de lo que debería ser la evangelización se traduce en una acomodación al mundo. Es decir, no se trataría tanto de evangelizar como de apuntarnos a lo que hoy se lleva: “urge resituar en el momento presente la misión de la Iglesia en el mundo en un contexto secularizado. Resulta necesario revitalizar el papel de la Iglesia en el espacio público y renovar su compromiso con la justicia, los procesos de construcción de la paz y la reconciliación, los derechos humanos, el cambio social, el mundo del trabajo y la cuestión ecológica. En definitiva, seguir avanzando hacia una Iglesia en salida con una clara identidad misionera en todos sus proyectos, propuestas y acciones». Y, encima, vuelta la burra a los lugares comunes, como eso de “Iglesia en salida». No me cuenten historias, que uno es cura de pueblo y aquí mucha salida pero a ver cómo están atendidas las parroquias rurales.
Y ahora vamos con las propuestas, que no tienen desperdicio:
1.- Potenciar la acogida en nuestras comunidades, , particularmente a cuantos se sienten excluidos por su procedencia, situación afectiva, orientación sexual u otros motivos. Yo no conozco parroquias donde se agreda a la gente ni se la traumatice por nada. Más bien todo lo contrario. Evidentemente tenía que salir lo de los gays, cosa que, como todos sabemos, tiene a Rafaela y a todos los que son como ella en un no dormir.
2.- Promover la corresponsabilidad, real y efectiva, del pueblo de Dios. Llevo de cura más de cuarenta años y siempre he conocido la existencia y el funcionamiento de consejos pastorales y de economía. En cualquier parroquia rural hay hermandades y cofradías del todo democráticas. Pero… había que colocar eso de “superar el clericalismo».
3.- Reconocer definitivamente el papel de la mujer en la Iglesia. Que eso iba a salir ya lo sabíamos. Nada nuevo bajo el sol ni bajo las nubes.
4.- Articular la integración y participación de los jóvenes. Vaya novedad. Es lo primero que sale en cualquier reunión parroquial.
5.- Dinamizar la formación en las cuestiones fundamentales de nuestra fe, específicamente en materia de doctrina social de la Iglesia. Otra novedad. Desde que soy cura es punto fijo en cualquier reunión.
6.- Fomentar el diálogo con el mundo y la cultura, con otras confesiones religiosas y con la increencia. No creo que nadie esté en contra de dialogar. Si lo que se pretende es llegar a “consensos” me temo que me van a tener en contra.
7.- Cuidar la liturgia. Todos de acuerdo. Y nada que objetar a una mayor formación litúrgica. Espero que la cosa vaya por cuidar la liturgia romana y no aprovechar para liturgias alternativas.
Es decir, un año de reuniones a todos los niveles para llegar a las conclusiones de acoger a los gays y que pobrecitas las mujeres en la Iglesia. Esto antes de empezar ya sabíamos que iba a suceder.
Termino señalando dos cosas:
– Hablamos de Iglesia en salida, pero las conclusiones son todas autorreferenciales. Tan solo nos hace salir eso del diálogo. El resto, todo de dentro. Nosotros, nosotros y nosotros.
– Hoy tenemos el problema de una sociedad descristianizada, templos vacíos, práctica sacramental bajo mínimos. ¿Nadie va a hablar de la urgencia de la evangelización, de predicar, de misiones, de anunciar explícitamente a Jesucristo?
¿Para esto un año mareando al pueblo de Dios? ¿Para llegar a la conclusión de que la mujer está discriminada, hay que acoger a los homosexuales y dedicarnos a la ecología y los derechos humanos? Para este viaje no es que la burra no necesite alforjas, es que mejor nos quedamos en casa.
Y para acabar, ustedes recordarán que enviamos desde este blog más de cuatrocientas propuestas. Pues eso. Que no estamos en línea. Rafaela dice que felizmente. Yo también.
Por el P. Jorge González Guadalix.
Madrid, España.
InfoCatólica.