La sancionada vicepresidenta de Nicaragua Rosario Murillo, continúa su ataque en contra de la Iglesia católica tildando a los obispos y sacerdotes como «hijos del diablo», que según su narrativa «bendijeron» a los manifestantes que se alzaron en contra del régimen de Daniel Ortega. Tanto Murillo como Ortega llevan dos semanas con acusaciones y descalificaciones hacia los líderes religiosos, intentando justificar posibles detenciones en los próximos días.
“Fue una interrupción diabólica de unas cuantas semanas la que quisieron arrebatarnos todo para volver a robar, para volver instalarse ahí, con bendiciones, que de verdad son insólitas, inauditas bendiciones de personas cuya santidad queda en duda, cuya intermediación frente a los poderes espirituales a Cristo Jesús quedan completamente en duda» señaló Murillo.
La vicepresidenta sancionada por Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Suiza cuestionó «¿cómo puede ser alguien pastor si bendice los crímenes, cómo puede ser alguien pastor si bendice y aprueba que se siga muriendo la gente en los tranques, que siga la gente perdiendo todo lo que tiene, que las mujeres que van a alumbrar a dar a luz no se les permita pasar en la ambulancia?»
Y agregó «Pastor por favor, por eso siempre digo que el resultado del involucramiento eso que se llaman pastores en el 2018 y en todos los crímenes terroristas del 2018 ha sido la pérdida de la fe, de credibilidad entre muchos nicaragüense que no perdemos nuestra conexión con Dios nuestro señor” dijo la sancionada Rosario Murillo conocida por sus prácticas esotéricas, consultas a chamanes y señalada por algunos sacerdotes de realiza «ritos satánicos» y practicar «la brujería».
Murillo dice no confiar en Iglesia
Murillo en sus declaraciones que brindó tras el acto del 41 aniversario del Ejército de Nicaragua, aseguró que perdió la «confianza» en la Iglesia.
«Perdemos la confianza en una institución que no nos defendió como hijo de Dios a todo, que más bien defendió crímenes de lesa humanidad decir la verdad por eso dice el comandante yo digo con toda razón y con mucho dolor lo decimos hijos del diablo» aseguró la vicepresidenta sancionada por cometer crímenes de lesa humanidad, violar los derechos humanos y corrupción por dar la orden del plan «vamos con todo» que dejó más de 328 muertos, más de 2 mil heridos, más de 100 mil exiliados.
Rosario Murillo con Daniel Ortega.
El pasado 31 de julio el cardenal Leopoldo Brenes respondió a las acusaciones emitidas por el dictador Daniel Ortega quien señaló a los religiosos de «fariseos», secundado con acusaciones que hizo Rosario Murillo a un «disque sacerdote» de Masaya a quien falsamente señala de «ordenar lanzar el cuerpo de un policía a un escusado» en protestas del 2018.
«Nosotros seguiremos diga lo que se diga» dijo el Cardenal sobre las declaraciones del viernes de Ortega y Murillo.
Añadió «lo vamos a afrontar a como ya se afrontó en otras situaciones, ya en los 80 vivimos situaciones bastantes difíciles pero el problema es que la iglesia no está llevada por hombre. Nosotros solamente somos instrumentos, la iglesia animada, fortalecida por el Espíritu Santo».
Lapsus de Murillo
Además de atacar a la iglesia católica, la sancionada Rosario Murillo, aseguró que todas las personas que el régimen de Ortega las está investigando, por supuesto delito de traición a la patria y otros delitos inventados, son los que dejan de ser nicaragüenses para arrodillarse ante los Estados Unidos y que «la paz se ha recobrado» desde que comenzaron a meter presos a los opositores.
“Desde que se ha establecido que debe ser indagado, investigado y luego se verá todos estos personajes que dirigieron, financiaron y contribuyeron a tanto dolor, tanto sufrimiento desde entonces la paz ha florecido en todas partes la gente vive tranquila… somos hermanos todos los nicaragüenses, pero hay quienes dejan de serlo por su conducta, por su actitud, por demandar acciones contra su propio pueblo” dijo Murillo.
Durante sus declaraciones brindadas a medios oficialistas, Rosario Murillo tuvo un lapsus donde prácticamente se incrimina y exculpa a los opositores «no son ellos los que están malgastando, robando, arrebatando bienes del Estado nicaragüenses».
MANAGUA, Nicaragua.
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