Muchas veces estamos tan distraídos con lo que el mundo nos ofrece que nos dedicamos a perseguir el dinero, el éxito profesional, o la admiración de los demás y olvidamos de la razón por la que Dios nos trajo a este mundo. Cumplir una misión en el pleno uso de nuestros talentos. Sin embargo, debido a nuestras heridas emocionales, muchas veces nos cuesta cumplir lo que deberíamos hacer y nos distanciamos del plan de Dios.
Es importante entonces, que comprendamos que Dios nos ha preparado para dos caminos: Ser padres de familia o padres de nuestra comunidad bajo un sacramento. Cualquier otro camino que no esté fuertemente ligado a la entrega a una familia, ya sea propia o adoptada, es una muestra de egoísmo y no del amor y entrega que nos propone Jesús.
¿Cómo discernir qué camino tomar?
Si bien es cierto que muchos de nosotros no estamos llamados a una vida sacerdotal o religiosa, existen muchos apegos o distracciones que pueden alejarnos del camino de Dios. Por ejemplo, cuando vivimos entregados a la lujuria, no estamos viendo al prójimo con la mirada amorosa de Jesús, sino que estamos usando a diversas personas para satisfacer y llenar nuestros vacíos emocionales. Nada más alejado del plan de Dios que esto.
De igual forma, cuando vivimos en búsqueda del dinero como fuente de felicidad, lo que en realidad estamos haciendo es querer tener más cosas que nos den más estatus ante la mirada de los demás. Así terminamos comprando el último IPhone, un auto de lujo o unas vacaciones que no podemos pagar, solo por vivir al servicio de la mirada del mundo.
En estos términos, es muy importante que tengamos paz interior, la cual solo es posible a través de la sanación interior. No podemos esperar vivir gastando menos de lo que ganamos, si no nos sentimos tranquilos y felices con nosotros mismos ya que siempre vamos a estar buscando tener más para llenar el vacío del qué dirán.
Aunque estos ejemplos pueden tocarte directamente o no, existen muchas heridas que pueden afectarte de diversas maneras y mi intención no es mostrarte lo que haces mal, sino que hay causas que te hacen infeliz y probablemente no te has dado cuenta.
Para conocer tus heridas emocionales que internamente te hacen actuar de manera inadecuada, es necesario que inicies un proceso de identificación de las vivencias que te han marcado negativamente. Es así como cree el Diplomado Católico en Sanación Interior, en el que podrás reconocer las raíces de tus comportamientos nocivos, para que los sanes en Cristo y puedas vivir libremente.
¿Quieres conocer más? Envíame tu mensaje por WhatsApp al +571 580 6849 y conoce lo que puedes hacer para liberarte de aquello que no te permite vivir libremente en el pleno uso de tus talentos.