Cubreboca para niños: ¿seguro que no afectan? Un estudio alemán destaca el problema del dióxido de carbono inhalado.

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En Italia, los nudos de la reapertura del curso escolar empezaron a entrelazarse nada más acabar el año pasado, dificultades por el hijo en las aulas, la llamada «educación a distancia» o «instrucción a distncia»,  el transporte público abarrotado, el miedo a los contagios. El ministro de Educación, Patrizio Bianchi, sigue insistiendo : «El objetivo es volver a estar presente». Para lograr esto, el foco está en la vacunación masiva de maestros . Y alguien también promueve la de estudiantes incluso muy jóvenes, a pesar de las perplejidades de muchos expertos .

Las indicaciones del CTS

Mientras tanto, a la espera del Plan Escolar del Ministerio de Educación, el Comité Técnico-Científico (CTS) ha emitido una serie de indicaciones sobre la reapertura en septiembre. Los miembros del Comité, de hecho, confirmaron las disposiciones del protocolo del curso escolar recién concluido: distanciamiento y máscaras obligatorias. Casi nadie parece oponerse ahora a este último punto. Las máscaras que llevan los niños durante varias horas consecutivas son ahora un hecho inofensivo. La oposición de algunos médicos e incluso las aclaraciones de la propia CTS sobre la base de las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) parecen tener poco interés para la opinión pública.

El estudio alemán

Sin embargo, desde el punto de vista de la salud, el problema debería estar lejos de estar cerrado. El 30 de junio, se publicó en la prestigiosa revista científica Jama Pediatrics un estudio alemán sobre los niveles de dióxido de carbono que inhalan los niños cuando usan máscaras en interiores. El estudio involucró a 45 niños y adolescentes de entre 6 y 17 años. Los promedios de dióxido de carbono medidos fueron altos desde los primeros minutos después de cubrirse la nariz y la boca. El valor del niño con el nivel más bajo de dióxido de carbono fue tres veces superior al límite de volumen del 0,2% indicado por las autoridades sanitarias alemanas .

Las conclusiones

El estudio en cuestión involucró a una muestra muy pequeña de niños, por lo que debe tomarse «con un grano de sal». Sin embargo, una encuesta alemana del otoño pasado en la que participaron 25.930 personas reveló que el 67,7% de los padres muestran efectos adversos en sus hijos pequeños por las mascarillas faciales. ¿Es esta encuesta la prueba definitiva de que las máscaras duelen? No. Ambas publicaciones citadas tienen lagunas. El estudio más reciente tiene el límite de una muestra demasiado pequeña, el documento de hace unos meses el límite de basarse en una mera encuesta.

En cualquier caso, sus resultados unidireccionales frente a las máscaras que llevan los niños deberían sugerir un complemento de análisis y un debate público. Dos aspectos, estos, que en cambio se esconden. El propio Deepak Srivastava, presidente del Instituto de Investigación Biomédica de Gadstone y cardiólogo pediátrico, a pesar de ser muy escéptico con el estudio alemán y creer que el análisis de coste-beneficio es favorable al uso de máscaras entre los niños, cree que todavía es necesario hacer «más exploraciones » sobre el tema.

 

Federico Cenci por Federico Cenci.

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