Paul Alois Lakra tenía 65 años. Fue el segundo obispo de una diócesis que nació en Jharkhand en 1993. E recuerdo de Mons. Barwa: «Una pérdida muy grave, especialmente para las poblaciones indígenas por cuya promoción había trabajado muchísimo».
La Iglesia Católica de la India está de luto por la muerte de un cuarto obispo víctima de la pandemia. En las primeras horas de la mañana en el Hospital de Orquídeas en Ranchi, Mons. Paul Alois Lakra, obispo de Gumla, una diócesis del Estado de Jharkhand. Mons. Lakra tenía 65 años y fue hospitalizado por una infección de covid-19. Su muerte se suma a la del obispo emérito de la diócesis siro-malabar de Sagar, Mons. Joseph Neelankavil, del arzobispo emérito de Pondicherry-Cuddalore Mons. Antony Anandarayar y del obispo de Jhabua, Madhya Pradesh, Mons. Basil Bhuriya. Al mismo tiempo, también fallecieron en la India 283 sacerdotes y 252 religiosas debido a la pandemia, según el recuento realizado por el padre Suresh Mathew, de Indian Currents, y Shaiju Chacko, de la diócesis de Jammu-Srinagar.
Monseñor Lakra nació el 11 de julio de 1955; fue ordenado sacerdote en la Arquidiócesis de Ranchi en 1988, cinco años después se unió al clero de Gumla cuando esta nueva diócesis fue separada del territorio de la de Ranchi. En enero de 2006 fue nombrado segundo obispo de Gumla. El funeral de Mons. Lakra se celebrará el 16 de junio a las 10 en la catedral de Gumla – donde ya se ha instalado la capilla ardiente – y estará presidido por el arzobispo de Ranchi, cardenal Telesphore Toppo.
Mons. John Barwa, arzobispo de Cuttack-Bhubaneshwar dialogó con AsiaNews sobre la muerte de Mons. Lakra: “Es una pérdida muy grave para todas los nativos de Chotanagpur [la región que incluye las áreas indígenas de Orissa, Jarkhand y Chhattisgarh ndr]. Mons. Lakra era un obispo que estaba en medio de su pueblo y era muy querido. Los pueblos tribales, que son los últimos de los últimos, lo echarán mucho de menos. Él trabajó incansablemente por el desarrollo de estas comunidades desde el punto de vista económico, educativo, social y espiritual. Y ellos, bajo su cuidado y guía pastoral, estaban empeñados en acrecentar su propia autosuficiencia y crecimiento espiritual. En los últimos años han dado muchos religiosos a la Iglesia de la India. Y son el fruto de las escuelas y centros que se abrieron hasta en las zonas más remotas, con programas de microcrédito y proyectos de desarrollo agrícola. Monseñor Lakra se había comprometido con pasión en este esfuerzo, y ahora nos ha sido arrebatado por el covid-19”.
Por Nirmala Carvalho.
Ranchi. India.
AsiaNews.
