Se podría pensar y decir: cuando los Papas hablaron claramente y, sobre todo creyeron, que el problema más importante era – tal como es – la cuestión de la salvación del alma.
Pío II fue un Papa de una época (vivió en el siglo XV) en la que la Iglesia corría el grave riesgo de volverse mundana y mundana en gran medida, y sin embargo, esto es lo que abordó en una carta que dirigió al sultán Mohammed II. Leer.
Acepta el fiel consejo que te damos:
recibe el bautismo de Cristo y la purgación del Espíritu Santo.
Abrazad el santísimo Evangelio y deteneos y descansad completamente en él.
De esta manera adquirirás tu alma, así harás el bien a tu pueblo de los turcos, pero si rechazas nuestro consejo, tu gloria se desvanecerá como el humo y tú, según la costumbre de los hombres, volverás al polvo y morirás.
Y, sin embargo, Cristo reinará para siempre. Que sea honrado y exaltado por los siglos. Amén.
Roma, Italia,
intresentieri.