El pasado jueves 18 de enero, un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó:
«Esta mañana, a causa de una caída en la casa de Santa Marta, el Papa Francisco sufrió una contusión en el antebrazo derecho, sin fracturas. El brazo fue inmovilizado como medida cautelar». «.
Poco después se difundieron algunas fotografías y vídeos del Papa con un pañuelo para sostener su antebrazo. Francisco ha caído dos veces en poco más de un mes.
Ya había sucedido el 6 de diciembre y la prensa amplió varias fotografías en las que se veía a Francesco con un gran hematoma debajo de la mandíbula derecha. Luego, la Sala de Prensa aclaró que se trataba de las secuelas de un choque con una mesilla de noche.
Las condiciones de salud del Pontífice, como se sabe, son siempre frágiles debido a un cuadro clínico pluripatológico que hasta el momento el Papa considera sostenible con la cantidad y el ritmo de su actividad pastoral. Se sabe también que existen opiniones contrarias al respecto entre los propios colaboradores cercanos de Francisco.
Estas dos caídas recientes pueden ser coincidencias delicadas.
Las personas mayores se caen con más frecuencia, pero no hay que subestimar las causas y mucho menos las consecuencias, como las fracturas.
Caer por el uso de ropa inadecuada o por descuido es diferente a caer por el uso de muchos fármacos, o dificultades cardiovasculares, o problemas de ortopresión, visión, etc.
Desde los días previos a la Navidad de 2024, el Papa Francisco se enfrenta a una situación respiratoria lábil debido a una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que el período invernal pesa y puede agravar. Una actividad pastoral como la de Francisco, muy visible en estas semanas de fiestas religiosas, no parece compatible con su cuadro clínico. Y esta es la razón fundamental por la que muchos recomiendan a Francisco una desaceleración adaptada a las necesidades de la situación.
Las caídas pueden ser un síntoma de peligros que se deben evitar.
Por LUIS BADILLA.
CIUDAD DEL VATICANO.
DOMINGO19 DE ENERO DE 2025.
MIL.