Me hace temblar aquel pasaje de la segunda epístola a Timoteo, cuando el Apóstol se duele de que Demas escapó a Tesalónica tras los encantos de este mundo… Por una bagatela, y por miedo a las persecuciones, traicionó la empresa divina un hombre, a quien San Pablo cita en otras epístolas entre los santos.
Me hace temblar, al conocer mi pequeñez; y me lleva a exigirme fidelidad al Señor hasta en los sucesos que pueden parecer como indiferentes, porque, si no me sirven para unirme más a Él, ¡no los quiero! (Surco, 343)
El desaliento es enemigo de tu perseverancia.
–Si no luchas contra el desaliento, llegarás al pesimismo, primero, y a la tibieza, después.
–Sé optimista. (Camino, 988)
¡Bendita perseverancia la del borrico de noria!
–Siempre al mismo paso. Siempre las mismas vueltas.
–Un día y otro: todos iguales.
Sin eso, no habría madurez en los frutos, ni lozanía en el huerto, ni tendría aromas el jardín.
Lleva este pensamiento a tu vida interior. (Camino, 998)
¿Que cuál es el secreto de la perseverancia? El Amor. -Enamórate, y no «le» dejarás. (Camino, 999)
Por SAN JOSEMARÍA.