Canterbury, una de las catedrales más antiguas e importantes del Reino Unido, se ha transformado en una «discoteca silenciosa» inspirada en los años 90 , una medida que ha tenido éxito entre los clientes habituales de los clubes nocturnos, pero que obviamente provocó la reacción de cristianos, que rechazaron la idea de que una discoteca pueda encontrar su hogar natural en una catedral.
Iluminada con luces de colores y con la gente bailando exhibiendo palos de luz y usando audífonos con la música más popular de los 90 sonada directamente en sus oídos, así apareció el pasado jueves la Catedral de Canterbury, que agotó las 3000 entradas para el evento, en pocas horas. .
Hablamos del lugar que desde el año 597 d.C., año en el que fue fundado, se ha convertido en la sede del Arzobispo de Canterbury , Justin Welby, cabeza espiritual de todo el anglicanismo a nivel mundial.
Y, más allá del daño, está también el insulto: tras el entusiasmo que estalló en las redes sociales, está prevista otra velada disco para el viernes. Pero lo más increíble es que todo ello fue defendido por el actual decano de Canterbury, el reverendo David Monteith, quien se apresuró a subrayar que no se trataba de una «rave en la nave», sino de un evento «apropiado y respetuoso de la Catedral «.
Una afirmación que no convenció precisamente a varios cristianos, incluidos los que organizaron una sentada frente a la propia catedral de Canterbury, con motivo del acto del pasado jueves, pidiendo el cierre de la discoteca, como informaron los medios locales. Todo esto después de circular una petición en la que se recogieron 1.700 firmas sólo el viernes por la tarde.
La petición invita al arzobispo Justin Welby (en la fotografía bendiciendo a Francisco, de quien es muy amigo) a » no profanar este lugar santo « convirtiéndolo en una discoteca, porque esto demostraría que » los cristianos no se toman en serio su fe ni sus lugares sagrados «.
por Manuela Antonacci.
Il Timone.
