«Consejos para una vida plena». Mensaje dominical del arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López.

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

MENSAJE A LA COMUNIDAD

29 de enero de 2023

“CONSEJOS PARA UNA VIDA PLENA”

Casi al inicio de nuestro año litúrgico, la iglesia nos propone reflexionar  en las bienaventuranzas, las cuales nos hablan de cómo los creyentes podemos encontrar la verdadera felicidad desde este mundo, ya que las enseñanzas de Cristo son dirigidas a todos para cada momento de la historia.

El Señor nos quiere comprometidos en la búsqueda constante de una vida nueva. Muchos piensan que la felicidad sólo se encontrará en el cielo y claro que allá encontraremos la felicidad en plenitud, pero bien podemos ir construyendo desde ahora una vida en la realización y en la alegría. Todos estamos llamados a ser felices y a permitir que los demás sean felices y para que esto se logre, es necesario vivir en generosidad, amabilidad y mansedumbre.

Ser bienaventurados, ser dichosos, ser felices, significa vivir la gracia de Dios, desarrollando la vida en la confianza plena en el Señor, viviendo las virtudes, la paciencia, el servicio generoso, el acompañamiento a los que sufren, la caridad, entre otras virtudes más.

Los invito a que nos dispongamos a llevar a la vida estas claras enseñanzas, las cuales son un camino seguro para fortalecer nuestra espiritualidad y para mejorar la convivencia entre los seres humanos.

Asimismo, pido a todos que recemos por los miembros de la vida consagrada de nuestra Iglesia a quienes celebramos el próximo 2 de febrero.

Consagrados y consagradas, comúnmente dicho religiosas y religiosas, para la iglesia es una gran bendición contar con hermanos y hermanas que consagran su vida de diversas formas, ya sea dedicados o dedicadas a la oración, a la contemplación, apartados del mundo o viviendo en el mundo haciéndolo presente en distintas actividades cotidianas, pero siempre llamados a vivir la pobreza, la castidad y la obediencia.

En la jornada, instituida por san Juan Pablo II en el año 1997, proponía este objetivo: “Ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor”.

Valoremos este gran don y motivemos a todos aquellos que ya viven su consagración, urgen vocaciones a la vida consagrada, de ello depende el bien y la caridad de muchas personas. Cuántas escuelas, cuántos hospitales son atendidos por tantas hermanas y hermanos abnegados que dan su vida por ellos

Finalmente, les comparto que el día de ayer, 28 de enero, acompañé la 40 peregrinación nacional juvenil al Cerro del Cubilete, en Guanajuato, a muchos jóvenes. Es un lugar donde cada año se reúnen para rendir su homenaje y consagrarse a Cristo Rey.

Este año hemos orado por la paz en nuestro México, sabiendo que todos somos responsables de ella y buscando promoverla a través de las actitudes de amor y de respeto entre nosotros. Ahí hemos orado por todos los jóvenes mexicanos para que vivan su vida bajo la guía del Espíritu Santo comprometiéndose a ser ciudadanos de bien que colaboren en el progreso de nuestro país y poniendo sus dones y carismas al servicio de los más necesitados.

Que Dios les bendiga y que tengan un buen domingo. Toda la Iglesia sabe que la necesidad principal que tenemos ahora es de pedir por la paz en nuestras ciudades y nuestro país.

Que Dios les bendiga.

Mons. Rogelio Cabrera López

Arzobispo de Monterrey

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