El Gobierno del presidente Daniel Ortega, a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), ordenó este viernes sacar del aire al Canal 51, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, informó la empresa Claro.
«Informamos a nuestros usuarios de televisión por suscripción que por indicaciones de Telcor, ente regulador, el Canal 51, Canal Católico, está siendo eliminado de la grilla de programación del servicio», indicó Claro, propiedad del empresario mexicano Carlos Slim a través de América Móvil, en una declaración.
La decisión del Gobierno se da luego que el obispo nicaragüense Rolando Álvarez denunciara que es víctima de persecución policial y anunciara, en protesta, una jornada de ayuno, oración y exorcismo indefinidos.
Álvarez, obispo de las diócesis de Matagalpa, administrador apostólico de la diócesis de Estelí (norte), es el encargado del área de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, y está a cargo del canal católico.
Obispo: Ortega quiere una «iglesia muda»
En una conferencia de prensa improvisada antes de que se ordenara sacar del aire al canal católico, el jerarca dijo que el Gobierno de Ortega quiere «una iglesia (Católica) muda», pero que «si la iglesia callara, las piedras gritarían».
«Lo que pienso es que no solo de mí, sino que en general de los pastores de la iglesia», lo que el Gobierno quiere «es una iglesia muda, que no anuncie la esperanza del pueblo (…) y la denuncia del pecado personal y de las estructuras de injusticia», señaló el obispo desde la parroquia Santo Cristo de Esquipulas, ubicada en las afueras de Managua.
«Si la Iglesia callara, las piedras gritarían», agregó el religioso ante un reducido grupo de medios de comunicación, entre ellos la Agencia Efe, que logró ingresar a la parroquia antes de que fuera sitiada por decenas de agentes policiales.
Álvarez explicó que, si bien es vigilado desde que empezó a denunciar supuestos abusos del Gobierno, tras el estallido social de abril de 2018 que dejó cientos de muertos, fue hasta ayer jueves que sufrió «una real, verdadera y auténtica persecución» policial, por lo que, por su seguridad y la de su familia, optó por viajar de la ciudad de Matagalpa hacia Managua y comenzar el ayuno indefinido, oración y exorcismo.
El obispo confirmó que no consumirá más que agua y suero de forma indefinida hasta que la Policía garantice, a través del Episcopado, que respetará sus «derechos constitucionales, civiles, de libre movilización y privacidad» de su familia.
Explicó que con su ayuno busca evitar que la persecución policial injustificada sea vista como algo normal.
Ortega ha tildado de «terroristas a obispos
La Conferencia Episcopal de Nicaragua ha intentado establecer comunicación con la Policía Nacional, que dirige un consuegro del presidente Ortega, para que retire el asedio contra Álvarez, pero no han obtenido respuesta, comentó el obispo.
Ortega ha tildado de «terroristas» a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde 2018.
También los ha calificado de «golpistas», acusado de ser cómplices de fuerzas internas y de grupos internacionales que, a su juicio, actúan en Nicaragua para derrocarlo.
Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.
Nicaragua vive una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión. (EFE)
RPP.PE.