El culto a la llamada “Santa Muerte”, común entre narcotraficantes, sicarios y distintos grupos criminales, se ha extendido en México y un sacerdote reflexionó recientemente sobre cómo la Iglesia Católica puede responder a esta distorsión de la espiritualidad.
En diálogo con el semanario Presencia de la Diócesis de Ciudad Juárez, el P. Ramiro Rochín, teólogo dogmático, señaló que “son muchas las historias que uno conoce de mafiosos que tienen sus propios ritos y prácticas religiosas, que incluyen muchas veces a la Virgen María, aunque casi siempre mezcladas con ritos paganos”.
“Por ejemplo, el culto a la Santa Muerte. Muchos, en su ignorancia, creen que esto no está en contra de la fe católica y hasta me ha tocado ver imágenes de la Santa Muerte vestida como si fuera la Virgen de Guadalupe”,
lamentó.
“¡Es increíble hasta dónde llega la confusión de algunos!”,
añadió.
“Asimismo, están las prácticas de los que le rezan a la Madre de Dios para que les vaya bien en sus negocios de narcotráfico y cosas por el estilo. La lista es interminable”,
dijo.
Para el P. Rochín, “más que pensar en erradicar esto creo que debemos enfocarnos en siempre dar lo mejor en nuestros esfuerzos evangelizadores, con la ayuda y gracia de Dios”.
“En cuanto a erradicar esta realidad, no sé si algún día se logre. Porque, aunque no ha existido desde siempre la Cosa Nostra, ni los cárteles de la droga, este tipo de distorsiones espirituales ha existido siempre”.
“Sería casi como preguntar: ¿Y cómo y cuándo la Iglesia va a erradicar los pecados? Pues al menos yo no creo que pueda dar una respuesta”, dijo.
El sacerdote mexicano indicó que los criminales tienen “espiritualidad” porque “es algo inherente a la naturaleza humana, pero debe ser una espiritualidad sumamente pobre y subjetiva, acomodada a sus actos de delincuencia”.
“Algunos hasta adoptan nombres religiosos para su grupo delincuencial, como un cártel de las drogas que se comparaban a los caballeros templarios de la Edad Media. ¿Qué tan pobre, en concreto, debe ser su ‘espiritualidad mariana’? Pues si le rezan a la Virgen para que proteja sus robos o, incluso, sus asesinatos, y toda su vida de crimen, pues allí tenemos la respuesta”,
señaló.
El P. Rochín indicó que “podemos decir que cada católico que se aleja de la verdadera doctrina de la Iglesia se crea su propia ‘religión’, y cada uno distorsiona lo sagrado a su manera”, entre ellos “los delincuentes ‘espirituales’”.
“Para unos, lo más importante es la crucecita o la medallita que llevan en su pecho, para otros la estatua gigantesca que ponen en su jardín de San Judas Tadeo, para otro el persignarse antes de cruzar droga a los Estados Unidos. Para los más millonarios, el renovar el templo parroquial de su pueblo (como lo han hecho no pocos narcotraficantes)”, continuó.
“Si hoy vivimos en el tiempo de los ‘católicos de cafetería’, que pasan con su bandeja eligiendo lo que sí aceptan y lo que no, creo que los delincuentes lo son de manera especial”,
dijo.
Sin embargo, destacó que “para nuestra gente de las parroquias, que tratan de vivir correctamente su fe según los lineamientos de siempre de la Iglesia, no creo que les afecte mucho. Simplemente son supersticiones, quizás con algunas nuevas variantes pero que, en realidad, siempre han existido y yo creo que siempre existirán”.
“Es decir, para un católico verdadero, creo que inmediatamente le queda en claro, cuando se encuentra con alguna persona con estas prácticas, que son espiritualidades pseudo-católicas, con un valor prácticamente nulo”,
aseguró.
Con información de Aciprensa/Redacción