Un sketch en el programa “Mi primo es así”, perteneciente al canal de streaming “Olga”, protagonizado por Tomás «Toto» Kirzner, de 26 años, hijo del actor de origen judío «Adrián Suar» (cuyo verdadero apellido es Kirzner Schwartz), presentó una burla del tradicional pesebre viviente de Navidad, lo que rápidamente despertó la indignación por ofensivo hacia las tradiciones cristianas del pueblo argentino.
Este viernes 13 de diciembre se desató una fuerte controversia en redes sociales tras la emisión de un sketch en el programa «Mi primo es así», perteneciente al canal de streaming «Olga», liderado por Migue Granados. El segmento presentó una parodia del tradicional pesebre viviente de Navidad, protagonizado por el hijo de Adrián Suar, que rápidamente fue señalado como ofensivo y blasfemo por parte de comunidades cristianas y católicas.
En el sketch, que tenía intenciones humorísticas pero terminó generando indignación, Tomás «Toto» Kirzner —hijo también de la actriz Araceli González— interpretó al Niño Jesús.
La escena comenzaba con Kirzner emergiendo simbólicamente desde la túnica de una compañera que representaba a la Virgen María, para luego dirigirse a un improvisado pesebre.
A partir de ese momento, el desarrollo incluyó referencias a drogas, sexo y comentarios irreverentes que fueron interpretados como un agravio directo a los símbolos de la Navidad cristiana.
Entre los momentos más criticados, uno de los actores —aparentemente representando a uno de los Reyes Magos— auguró al “Niño Jesús” que «fumaría churros (marihuana) de por vida».
Asimismo, una figura angelical pronosticó que sería “hermoso y desnudo por siempre”. La situación escaló cuando otro integrante del elenco, disfrazado de Gatúbela, interactuó de forma sugestiva con el personaje de Kirzner, un acto que en redes calificaron como «burla grotesca hacia la santidad del pesebre».
El polémico pesebre viviente protagonizado por Toto Kirzner, el hijo de Adrián Suar, en el canal de streaming «Olga»
La reacción al streaming en redes
El sketch fue ampliamente repudiado en plataformas como «X» e Instagram, donde usuarios acusaron al programa de falta de respeto hacia la religiones cristianas.
Las críticas no se limitaron al contenido del programa; también se puso el foco en los integrantes del elenco, muchos de los cuales son figuras destacadas en el ámbito del streaming y el entretenimiento.
Tomás «Toto» Kirzner, de 26 años, recibió especial atención por su participación. Como hijo de Adrián Suar (cuyo verdadero apellido es Kirzner Schwartz) —de origen judío— y Araceli González, su papel en la parodia fue señalado por algunos como una provocación adicional.
Aunque la Iglesia Católica no se pronunció oficialmente sobre el episodio, la ofensa expresada por fieles y defensores de la fe cristiana refleja el impacto de estas representaciones en la opinión pública.
“Esto no es humor, es una falta de respeto a nuestras creencias”, expresó un usuario en X. Otro comentario destacó: “Este tipo de contenido solo busca generar polémica y ‘bait’ a costa de pisotear valores y tradiciones”.
Pesebre, entre irreverencia y crítica social
El canal «Olga», es ya conocido por un estilo provocador. Su audiencia mayoritariamente joven, apuesta por un humor que mezcla lo absurdo con lo políticamente incorrecto.
Sin embargo, este tipo de producciones despierta debates sobre los límites del humor, especialmente cuando involucra símbolos religiosos de gran relevancia cultural.
Si bien el sketch se emitió en un canal de streaming, lejos de la televisión abierta, la participación de figuras mediáticas vinculadas al espectáculo tradicional amplifica la repercusión.
La controversia también evidencia la tensión entre una generación de creadores que busca desafiar convenciones y una sociedad que, en gran número, aún sigue apegada a tradiciones religiosas.
Para muchos, este tipo de contenido refleja una desconexión entre el entretenimiento contemporáneo y los valores de respeto hacia las creencias ajenas.
Jesús era Judío, pero…
Hasta ahora, «Olga» tampoco emitió un comunicado oficial al respecto, y el debate sigue encendido.
Algunos se preguntan que sucedería si la burla fuese apuntada hacia costumbres o tradiciones del judaísmo, especialmente en estas épocas en donde la religión de Abraham y Moisés parece haber seducido y coptado a los más poderosos y encumbrados políticos y empresarios del momento.
En redes hay quienes defienden el derecho a la libertad de expresión, mientras otros insisten en que la irreverencia tiene límites, especialmente cuando toca fibras sensibles de comunidades religiosas.
Lo cierto es que la escena dejó una huella que continuará siendo discutida y reinterpretada en el vertiginoso ámbito de las redes sociales, y quizás escale a otras dimensiones más institucionales.
Por Adrián Belinche.
BUENOS AIRES, ARGENTINA.
INFOCIELO/NOTICASHOLISTICAS.