China pone a prueba al nuevo Papa

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Las autoridades chinas quieren ver si León XIV continuará con la política conciliadora del Vaticano frente a los intentos de subordinar la Iglesia católica china al Estado, afirma Nina Shea, directora del Centro para la Libertad Religiosa del Instituto Hudson en Washington.

Según un experto del think tank Washington Hudson Institute, el nuevo Papa tendrá que afrontar rápidamente el problema de la persecución de los católicos en China.

«León XIV se enfrentará a un serio desafío. Pekín quiere ver si continuará con la política del Vaticano de aceptar nominaciones unilaterales de obispos hechas por las autoridades comunistas», declaró Shea a PAP.

Recordó que ya el 29 de abril, es decir después de la muerte de Francisco pero antes de la elección de León XIV, las autoridades chinas colocaron al futuro Papa en una situación difícil. La Asociación Patriótica de Católicos Chinos (PSCK), controlada por las autoridades chinas, anunció luego el nombramiento de dos obispos, uno en Shanghai y el otro en Xinxiang, una ciudad de la provincia de Henan, aunque el derecho a realizar tales nombramientos corresponde únicamente al Papa.

China ha nombrado repetidamente de manera unilateral a clérigos sin el consentimiento del Vaticano y ha cambiado los límites de las diócesis, una prerrogativa exclusiva del Papa. Según Shea, Pekín fue alentado a hacerlo por el propio Vaticano. En septiembre de 2018, el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, concluyó un acuerdo nunca hecho público con las autoridades chinas destinado a “aliviar la persecución religiosa” en China.

“Aunque no se conocen los detalles del documento, el propio cardenal Parolin reveló que el acuerdo prevé compartir el poder en el proceso de nominación de obispos católicos”, señaló Shea.

El Vaticano también emitió directrices pastorales para la Iglesia en China normalizando la membresía del clero católico en el PSCK. Shea recordó que desde 2018, el PSKC está formalmente bajo el paraguas del Departamento de Propaganda del Partido Comunista de China.

“El PSKC exige que los obispos renuncien a la lealtad al Papa”, explicó el experto, añadiendo que antes del acuerdo de 2018, los obispos nominados por el Papa, incluso si se unían al PSKC, le juraban obediencia en secreto. “La normalización ha desacreditado a la iglesia clandestina”, dijo Shea.

En su opinión, la Iglesia católica clandestina que se fundó durante la persecución de la Revolución Cultural todavía existe en China, aunque constituye sólo una pequeña fracción de la población católica china de alrededor de 10 millones de creyentes.

Como destacó Shea, tras la firma del acuerdo entre la Santa Sede y Pekín, la persecución de los católicos no cesó, aunque la parte vaticana intentó encubrirlo.

«Por tanto, aunque no estoy en contra del diálogo ni siquiera de algún tipo de acuerdo, creo que el nuevo Papa debería decir que no aprueba los nombramientos unilaterales de obispos», afirmó el experto estadounidense.

En su opinión, el Vaticano no debería renunciar a nombrar pastores, porque ellos son responsables de garantizar que la enseñanza en China sea coherente con la enseñanza católica.

El experto señaló que el gobierno chino ya está tratando de reinterpretar las enseñanzas de la Iglesia, por ejemplo elogiando las actividades del Partido Comunista Chino en sermones o publicando libros de texto con una versión modificada de las Sagradas Escrituras. Por ejemplo, la pecadora pública salvada por el Señor Jesús en el Evangelio de San Lucas, en la versión china es apedreada como advertencia contra el quebrantamiento de la ley y las normas sociales.

PAP

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