La población mexicana está siendo brutalmente golpeada por la violencia y muerte asociadas a la pandemia; además impera en muchas instituciones la corrupción y los matrimonios sufren una crisis que afectan a la familia, se suma el adoctrinamiento gay en la educación de niños y jóvenes y los asesinatos encarnizados sobre todo en la zona de la sierra que se extiende a la mancha urbana, con crímenes de todo tipo que alcanzan tanto a civiles que circulan por las calles de la ciudad, como a los que se encuentran en hospitales o recluidos en los centros penitenciarios.
A pesar de ese tormentoso escenario que pinta pesimista para México, el P. Gustavo Sánchez, vocero de la Arquidiócesis de Chihuahua, dijo que en el Evangelio de San Lucas ofrece un “texto precioso y especialmente bonito para esta humanidad”.
En diálogo con Agencia Católica de Noticias (ACN), dijo que “nuestra oración va por todos”, mientras con una profunda esperanza, citó el Evangelio de San Lucas que en su capítulo 4, señala:
“El espíritu del señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el Año de Gracia del Señor”.
Agregó que en otra expresión del Profeta Isaías:
“El año de venganza de nuestro dios, Jesús quiso leer Solamente hasta donde se anuncia la gracia, quiso guardar la espada, el garrote, la macana, el cinto; nos Llama a vivir en esta perspectiva de alegría de paz, libertad y reconciliación”.
En ese contexto, el sacerdote puntualizó que la eucaristía “reclama toda nuestra atención y devoción para renovar nuestra vida entera. No dejemos que el espíritu de la eucaristía se nos pierda por todas estas realidades y que se ven todavía más complicadas”.
En ese tenor, el vocero de la Arquidiócesis de Chihuahua, pidió que “el Señor nos conceda su paz”.
“El espíritu del señor está sobre mí. Que el señor derrame abundantemente su espíritu sobre nosotros para que seamos mensajeros de paz; nos presentemos con una palabra de esperanza, consuelo y alegría. El Evangelio tiene que renovar nuestra vida, así como la lluvia renueva nuestra tierra y nos sentimos secos sin el agua, sin evangelio no hay espíritu y sin eucaristía, no hay vida”,
estableció el clérigo.
Espera con gran ilusión que a la brevedad se autorice apertura de templos en la toda la entidad
En otro tema, manifestó que a pesar de que la comunión eucarística se estableció al 15% del aforo en la Iglesias de Chihuahua, priva “el mejor ánimo a seguir adelante”.
“El semáforo sigue siendo naranja para nuestra Arquidiócesis y la mayor parte de nuestro Estado con una pequeña variante que nos llena de gran alegría, si antes nos habían dicho en semáforo naranja no hay celebraciones públicas, hoy hay la oportunidad de tener estas celebraciones eucarísticas con el 15% de asistencia de los fieles, ya el señor Arzobispo ha renovado el protocolo de salubridad para la reapertura de las celebraciones públicas. Animémonos a hacerlo con un profundo espíritu de fe con una gran alegría y todos con un profundo respeto de unos para otros”.
Culminó.