CEM. Urge mejorar alimentación en mexicanos, es origen de grandes males: Iglesia

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La Iglesia católica en México advierte tres grandes desafíos en materia de salud pública (diabetes, obesidad y cáncer) al tiempo de proponer a los fieles y a la ciudadanía adoptar tres medidas para evitar sufrimiento innecesario: prevenir, curar y acompañar.

En el taller sobre Pastoral de la Salud en el marco de la Semana de Formación Permanente de los obispos de México, el arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, presentó los esfuerzos de la Iglesia católica en varias partes del país por atender el desafío del COVID-19 y los males potenciados por las enfermedades derivadas por la mala alimentación, la falta de vigilancia, cuidados y cercanía con las personas enfermas.

De manera especial, mencionó la importancia de la disciplina alimentaria y la prevención en el hogar: “Debemos prevenir para evitar complicaciones en diabetes, obesidad, estrés y cáncer. Principalmente en niños, adolescentes y jóvenes. Urge mejorar la alimentación en ellos; porque la mala alimentación causa grandes males”.

Díaz Martínez criticó las visiones de usufructo y ganancia en lo respectivo al cuidado de la salud y la atención de la enfermedad: “Hay que seguir actuando para que la salud sea más importante que la ganancia […] Si la salud es un derecho, es también una obligación. Es una obligación en la que todos debemos involucrarnos para cuidarla”.

En su reflexión, el arzobispo destacó que, junto con el coronavirus “el cual algunos opinan que llegó para quedarse y que tarde o temprano podrá llegarnos como nos llega la gripa”, la humanidad y especialmente la sociedad mexicana debe lidiar con la diabetes, la hipertensión, la obesidad y el cáncer “son y seguirán siendo causa de muchos gastos y problemas”.

Consideró que, al igual que muchas otras naciones, México no cuenta con el presupuesto para atender y remediar estos males en la población que hacen sufrir sobre todo a los 60 millones de habitantes en condición de pobreza en el país.

“Esta realidad nos reta a la acción, a dar una pronta respuesta”, planteó el obispo y recordó los tres objetivos de la Iglesia católica para colaborar en el cuidado de la salud de los mexicanos: Prevenir, curar y acompañar.

Sobre la prevención, el arzobispo propuso enfrentar los desafíos de salud en México desde la disciplina, la seguridad, la tranquilidad y la paciencia “es mejor prevenir que remediar; la prevención nos ahorra dolores, dinero, problemas y preocupaciones”.

“Nosotros, la Iglesia, no tenemos dinero para curar, pero sí tenemos estructura y talento para prevenir. Ahora es tiempo de acentuar la disciplina”, señaló y presentó proyectos que la Iglesia ha realizado en diferentes estados para difundir juegos educativos, la concientización de una cartilla de actos saludables y la formación de cuadros laicales para la identificación temprana de síntomas y riesgos de las enfermedades más apremiantes: diabetes, hipertensión y COVID.

Díaz Martínez también planteó la oportunidad de atención y acompañamiento que las comunidades de medicina tradicional pueden hacer en diferentes localidades y la asistencia espiritual que sacerdotes, religiosas y laicos hacen a lo ancho y largo del país.

El taller de Pastoral de la Salud formó parte de la experiencia Encuentro.COM (Con los Obispos de México) entre obispos, ministros, religiosas y laicos en el marco de la Semana de Formación Permanente.

Con información de VC Noticias/Felipe Monroy

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