Celebremos el triduo pascual

Domingo de Ramos, de la Pasión del Señor. Ciclo C

Pbro. José Manuel Suazo Reyes

La semana santa se abre con la celebración del Domingo de Ramos, de la pasión Señor. Esta celebración contiene dos grandes momentos. El primero es la conmemoración de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén y el segundo proclama la narración de la pasión Jesús.

El primer momento es un momento de júbilo y alegría; el segundo en cambio es un momento de profunda reflexión donde se nos invita a escuchar con mucha devoción lo que sucedió en los últimos días de la vida de Jesús aquí en la tierra.

EL TRIDUO PASCUAL. El Triduo Pascual comienza el jueves santo con la misa de la cena del Señor y concluye con la vigilia pascual el sábado santo. El triduo pascual celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

La misa de la cena del Señor que se celebra el jueves santo por la tarde-noche, recuerda la institución de la Sagrada Eucaristía y del Orden Sagrado. Es también una ocasión para meditar en el servicio a los demás movido por el amor al prójimo. El Jueves santo Jesús celebró la primera Eucaristía, nos dejó su cuerpo y su sangre para nuestro alimento y confirió la autoridad a sus apóstoles de poder celebrar la santa misa.

El viernes Santo, recordamos la muerte de Jesús. Ese día la Iglesia no celebra el Sacrificio eucarístico, sólo distribuye la sagrada comunión. La celebración litúrgica se le conoce como la celebración de la pasión del Señor que tiene tres grandes momentos a saber:

•⁠ ⁠La liturgia de la palabra,
•⁠ ⁠La veneración de Santa Cruz y
•⁠ ⁠La sagrada comunión.

El sábado santo celebramos la vigilia pascual, es la celebración con la que se culmina la pascua. La vigilia pascual es la vigilia más importante del año litúrgico porque en ella celebramos la RESURRECCIÓN DE JESÚS, el misterio central de nuestra fe.

La vigilia pascual contiene también varios momentos importantes a saber:

•⁠ ⁠El lucernario,
•⁠ ⁠La liturgia de la Palabra,
•⁠ ⁠La liturgia bautismal y
•⁠ ⁠La liturgia eucarística.

Que la celebración de la Semana Santa nos lleve a reforzar nuestra espiritualidad para sanar también el corazón y la mente de todas aquellas cosas que también destruyen el interior. Que la cruz de cristo nos libre de los signos de muerte que nos acechan.

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Párroco en San Miguel Arcángel, Perote, Veracruz.
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