La semana pasada, este medio reportó puntualmente la serie de inconsistencias e irregularidades en la toma de muestra de covid-19 al presbiterio de la arquidiócesis de México. Después de la publicación, el arzobispado reiteró la “suspensión” de las pruebas debido a la “falta de insumos”. A través de un mensaje que circuló en grupos de whatsapp, los clérigos fueron llamados a la calma e informados de que se comunicarían nuevas fechas para la reanudación de las prácticas, condición necesaria para la eventual reapertura, el 20 de julio.
Este 15 de julio, sacerdotes de la IV vicaría, el área que comprende el centro histórico de la Ciudad de México, se apersonaron en las instalaciones de Durango 90, escenario que vuelve a ser centro de la controversia por repetir la misma historia: Irresponsabilidad.
Un video circuló ampliamente en mensajería dando cuenta de una “sala de espera” en el lobby del arzobispado de México. Tomadas por algunos medios de comunicación, las imágenes no fueron precisamente las que quisieron ofrecer de manera optimista los responsables de comunicación social del arzobispado de México. Y es que en la publicación se quiere hacer notar una realidad tergiversada cuando el director de comunicación social del arzobispo Aguiar incide en hacer creer a los lectores que ahí había una muestra de eficiencia, eficacia, pulcritud y empeño.
El video se atribuye al connotado sacerdote José de Jesús Aguilar. En un tuit apunta: “Sacerdotes de la Arquidiócesis en la Curia del Arzobispado para hacerse la prueba obligatoria de COVID antes de poder abrir sus parroquias”.
Sin embargo, lo quiso hacer creer como una paciente espera para toma de muestras no era precisamente eso. El mismo autor confirmó que el video era acompañado por un fuerte llamado de atención y protesta debido a la ¡casi hora y media de espera! de los pacientes.
Efectivamente, lo que el amable lector ve es otra de las irresponsabilidades debido a la impuntualidad del responsable de la colección de muestras haciendo que casi una veintena de sacerdotes pasaran una falta de respeto y se sometieran a la informalidad del supuesto equipo médico que dispuso el arzobispo Aguiar para el presbiterio. Anexo al video se leía un severo reclamo: “Sacerdotes puntuales, falta de respeto de quien realiza las pruebas, más de hora y media de retardo”. Y una pregunta era lanzada sin que tuviera respuesta de los responsables: “¿Es correcto aceptar que se nos falte al respeto?”
Según el vocero de Aguiar Retes, en declaraciones al medio nacional, las pruebas fueron aportadas por el Instituto Nacional de Medicina Genómica e involucró a la UNAM y a “personal sanitario de la CDMX”; sin mayor explicación, también afirmó que se “cuentan con pruebas suficientes” para cualquier cura que quisiera la prueba. Esa afirmación fue tomada de un mensaje de whatsapp que circuló después de la controversia levantada por la polémica de los protocolos. Fue una forma de apagar los enardecidos ánimos del presbiterio sometido a la dudosa práctica.
También trascendió que las pruebas suficientes comprometidas y anunciadas en realidad sólo estaban en el papel o la imaginación del arzobispo Aguiar. Este 16 de julio se supo que algunos vicarios episcopales confirmarían a sus sacerdotes que la “arquidiócesis se vio saturada” y habría un problema “en el abastecimiento de pruebas en la ciudad”, por lo que se pone en riesgo la aplicación de pruebas covid. Aguiar Retes, el pasado 9 de junio, habría garantizado pruebas gratuitas para todo el presbiterio como condición necesaria a una eventual apertura de templos; sin embargo, las inconsistencias e irresponsabilidades comienzan a levantar sospechas sobre la efectividad de los procedimientos, potenciales contagios por fallas en los protocolos, certeza en los resultados y de la informalidad en el cumplimiento del compromiso adquirido por quienes son responsables directos. Es así como se ha dado la indicación a los sacerdotes que no han tenido la posibilidad de una prueba en Durango 90 de “hacer el estudio por su cuenta y estar en posibilidad de abrir los templos” ante las insuficiencias reportadas en este medio.
¿Quiénes están detrás de estas pruebas? ¿Por qué se ha sometido de esa manera al presbiterio arquidiocesano incluso a costa de su salud y vida? ¿Quiénes y cómo han practicado los exámenes? ¿Cuál es el laboratorio responsable? ¿Cardenal y auxiliares, ya se han hecho la prueba, esa misma de la cual tanto se habla se ha controvertido? No es cosa menor. En esta pandemia se ha dicho que la congregación de templos está en una situación de alta de peligrosidad y se apela a la responsabilidad “para no ser tan malvados” como afirmó el arzobispo Aguiar Retes. Ahora, el presbiterio es víctima de la irresponsabilidad e incertidumbre, mismos que sitúan al arzobispo en una situación similar o más atroz que la de su dicho en el que quiso poner a los curas de la arquidiócesis de México.
Con Información de: Religión Digital/Guillermo Gazanini Espinoza