Daniel Ortega compareció esta noche en Managua para dar la versión oficial del mayor destierro de presos políticos en la Historia de América Latina. El caudillo sandinista reconoció que el obispo rebelde de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, se negó a ser enviado a EEUU.
«El que no se quiso montar en el avión fue el personaje Álvarez. Estaba haciendo la fila y al llegar a las escaleras empieza a decir que él no se va, que primero tendría que hablar con los obispos. Una cosa absurda, la decisión era del Estado, él no lo podía cuestionar», escenificó Ortega, siempre con la ayuda de su mujer Rosario Murillo, en modo apuntadora.
El mandatario nicaragüense intentó desprestigiar al obispo católico señalando las acusaciones contra sacerdotes por abusos sexuales. «Incluso agreden e insultan al Papa», aseguró.
«Yo estuve siete años y un mes preso y nunca conocí la historia de un preso tratado como a este señor. Ahora está en la Cárcel Modelo. Comportamientos de soberbia de quien se considera el líder de la iglesia latinoamericana. Está desquiciado, a punto de optar al cargo de Papa», insultó el dictador, quien a lo largo de su disertación no citó a la Comandante Dos, Dora María Téllez, quien durante la guerra contra la dictadura de los Somoza encabezó varias operaciones para liberar al jefe guerrillero. Téllez viajó a Washington tras sufrir malos tratos y condiciones inhumanas de reclusión durante 19 meses.
El líder revolucionario también acusó al obispo de ponerse como un «energúmeno», incapaz de tener «el coraje de Cristo, que aguantó la crucifixión», tras no aceptar «que le metieran en una celda con centenares de presos. Pero como se le tenía en su casa y se le hacían comidas especiales todos los días, le llegaban las hermanas a cocinarle en una mansión. Está irritado porque ahora sí está en la cárcel», aseguró.
El obispo de Matagalpa permanecía en arresto domiciliario, a la espera del juicio que comenzará la semana que viene. El año pasado sufrió un arresto ilegal durante cuatro meses, durante los cuales se le mantuvo secuestrado en una casa clandestina.
El caudillo sandinista negó en reiteradas ocasiones que se tratara de una negociación con EEUU, sino «de un problema de principios. No estamos pidiendo que nos levanten las sanciones, no pedimos nada a cambio».
Es más, según su discurso, se trató de una ocurrencia de esta misma semana, cuando «Rosario me dice que por qué no le decimos al embajador de EEUU que se lleve a todos estos terroristas. Esta gente es víctima de la política imperialista, los utilizan, financian y arman. Y luego los mandan a buscar cómo destruir la paz de un país».
Según relató Ortega, su mujer llamó al embajador y se lo planteó. Tras la primera respuesta positiva, prepararon una lista inicial de 228 presos, que al final se redujo a 222. Tras un «operativo extraordinario» (el traslado de los presos en autobús hasta los pies del avión), el avión despegó con destino a la libertad.
Por DANIEL LOZANO.
MANAGUA, NICARAGUA,
VIERNES 10 DE FEBRERO DE 2023.