A casi dos meses de la presentación de su renuncia, el arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega, dio a conocer el deseo del Papa Francisco para que el purpurado permanezca al frente de la arquidiócesis que apacienta. Lo anterior lo informó en sus redes sociales al encabezar la reunión conjunta de la pastoral territorial y la pastoral funcional arquidiocesana en la sede de la Universidad del Valle de Atemajac -UNIVA-
“Compartí con los presentes, laicos y sacerdotes, por una parte, el texto de la renuncia que, como lo pide el Derecho Canónico -canon 401, 1)- tenía que presentar al Papa como Arzobispo de Guadalajara, por haber llegado a los 75 años de edad. Y por otra parte, compartí la respuesta que el Santo Padre Francisco me dio. Me ha pedido que permanezca en el gobierno de esta diócesis de Guadalajara hasta que no se disponga otra cosa”, señaló en redes.
José Francisco Robles Ortega (1949), ordenado en julio de 1976 para el clero de la diócesis de Autlán, por la imposición de manos del obispo Maclovio Vásquez Silos, es especialista en teología dogmática y , habiendo desarrollado varias actividades pastorales en la diócesis, fue administrador de la misma al morir el obispo Vásquez Silos en 1990. En abril de 1991, Juan Pablo II le nombró auxiliar del obispo de Toluca, Alfredo Torres Romero, y al morir, en 1996, Robles Ortega asumió la titularidad del obispado hasta ser promovido al arzobispado de Monterrey en enero de 2003.
Conferida la dignidad cardenalicia en el consistorio del 24 de noviembre de 2007 por voluntad del Papa Benedicto XVI, fue el segundo arzobispo de Monterrey en recibirla después de Adolfo Antonio Suárez Rivera, fallecido en 2008. Tras ocho años, en febrero de 2012, tomó posesión del arzobispado de Guadalajara convirtiéndose en su quinto cardenal sucediendo en esa dignidad a José Garibi Rivera, José Salazar López, Juan Jesús Posadas Ocampo y Juan Sandoval Íñiguez. Su traslado se inauguró también con cargos importantes y relevantes para la Iglesia mexicana y universal.
Como su antecesor, el emérito cardenal Juan Sandoval Íñiguez, verá prolongado su gobierno pastoral. Se recuerda cómo, el 28 de marzo de 2008, Sandoval presentó su renuncia a los 75 años; sin embargo, fue hasta el 7 de diciembre de 2011 cuando le fue aceptada a los 78 años, nombrándose sucesor a Robles Ortega quien tomó posesión del arzobispado el 7 de febrero de 2012. En noviembre próximo, Robles cumplirá 17 años como cardenal de la Iglesia siendo uno de los dos únicos purpurados en activo con derecho a voto en un eventual cónclave, mismo que conservará hasta los 80 años conforme a lo dispuesto en la Constitución Universi Dominici Gregis promulgada por san Juan Pablo II.
La ratificación en el gobierno pastoral fue también motivo para que el arzobispo Robles pidiera las oraciones del pueblo de Dios a fin «de continuar en esta encomienda» conforme a la voluntad de Dios.