Al pedir un diaconado femenino, el cardenal Ulrich Steiner, de la región amazónica de Brasil, reveló que “impone las manos” sobre las mujeres a las que ha encargado bautizar, ya que van a “celebrar un sacramento”.
En una conferencia de prensa en Fátima, Portugal, durante el fin de semana, Steiner renovó sus pedidos anteriores de un diaconado femenino.
“En nuestra realidad, las mujeres ejercen el ministerio del diácono”, afirmó el sábado Steiner, cardenal arzobispo de Manaos, en la Amazonia, que preside una zona con aproximadamente 1,6 millones de católicos.
Agregó que “la gran mayoría de nuestras pequeñas comunidades están coordinadas por mujeres”, señalando que el “papel de la mujer en la iglesia de la Amazonía es fundamental”.
Steiner continuó revelando que realiza una ceremonia paralitúrgica para las mujeres que envía a ofrecer los sacramentos dentro de la arquidiócesis.
“Cuando mando a alguien, por ejemplo a bautizar, le impongo las manos, pero no le impongo las manos como una ordenación, le impongo las manos como hicieron los apóstoles”, afirmó, añadiendo que es “señal de que se recibe un ministerio y de que esa persona va a celebrar un sacramento”.
Sin embargo, en contraposición a lo que hace el cardenal progresista amazónico brasileño Steiner, en las Sagradas Escrituras se registra que los apóstoles impusieron las manos a los nuevos católicos, pero principalmente la imposición de manos se utilizó en conjunción con la concesión de la ordenación sacramental a las Sagradas Órdenes, como cuando se ordenó a los siete diáconos. ( Hechos 6: 6 )
San Pablo también advierte contra la práctica demasiado libre de la imposición de manos a los nuevos conversos, advirtiendo en 1 Timoteo 5:22:
No impongas las manos a nadie a la ligera, ni te hagas partícipe de los pecados ajenos”.
El testimonio de Steiner sobre su imposición de manos para conferir un “ministerio”, aunque argumenta que no está ordenando, parece contradecir la costumbre de la Iglesia primitiva ya que los nuevos miembros de la Iglesia no recibían un “ministerio” cuando los apóstoles les imponían las manos.
Además, la Iglesia Católica señala que los “ministros ordinarios” del sacramento del bautismo son los obispos, los sacerdotes y los diáconos.
Sólo “en caso de necesidad” “cualquier persona, incluso no bautizada, puede bautizar, si tiene la intención requerida”.
Steiner ha destacado regularmente las contribuciones destacadas de las mujeres en su archidiócesis y, tras los llamados del Sínodo de la Amazonía para tener diáconas, el tema ha ganado renovada atención con el Sínodo sobre la Sinodalidad.
Continuando con sus comentarios a la prensa en Fátima, Steiner hizo referencia de pasada a la controversia relacionada no sólo con las diáconas, sino también con el documento Fiducia Supplicans de 2023 del Papa Francisco.
“Son temas muy tensos en la Iglesia”, comentó. “No debemos dejar de discutir y reflexionar. Y si en una hora llegamos a la conclusión de que, en el pasado, existía el diaconado femenino, ¿por qué no reintroducirlo? ¿Cómo se reintrodujo el diaconado permanente?”.
Los defensores de la ordenación femenina siguen argumentando que esa práctica no haría más que revitalizar una costumbre de la Iglesia primitiva. Pero en 2002, la Comisión Teológica Internacional del Vaticano, tras mucho estudio, escribió lo siguiente:
- Las diaconisas de las que habla la tradición de la Iglesia antigua –como lo atestiguan el rito de institución y las funciones que ejercían– no eran pura y simplemente equivalentes a los diáconos;
- La unidad del sacramento del Orden, en la clara distinción entre los ministerios del obispo y de los presbíteros por una parte y el ministerio diaconal por otra, está fuertemente subrayada por la tradición eclesial, especialmente en la enseñanza del Magisterio.
Como señaló la columnista de LifeSiteNews, la Dra. Maike Hickson, en un artículo para OnePeterFive , “las diáconas no fueron ordenadas sacramentalmente, fueron excluidas de cualquier rol en la liturgia y, por lo tanto, no pueden compararse con una diácona ordenada sacramentalmente como proponen el cardenal (Christophe) Schönborn y otros”.
Prohibición católica de la ordenación femenina
La cuestión de las diaconisas ha sido constantemente planteada por algunas voces en los medios de comunicación y en la Iglesia, y sigue siendo propuesta en el Sínodo sobre la Sinodalidad.
El papa Francisco ha asignado la cuestión a un grupo de estudio especial dirigido por el cardenal Víctor Manuel Fernández. El cardenal informó a los miembros del Sínodo sobre el tema el 2 de octubre, diciendo que por el momento no se aprobaría el nombramiento de mujeres como diáconas, pero que el “estudio en profundidad” continuaría hasta 2025.
El grupo de estudio está examinando la cuestión basándose en el Informe de Síntesis de octubre de 2023 y en las comisiones del Vaticano de 2016 y 2020 sobre “diáconos femeninos”. Además, Fernández dijo a la asamblea sinodal que se basaba en Evangelii Gaudium 103-104, Querida Amazonia 99-103 y Antiquum Ministerium 3.
La Iglesia Católica enseña infaliblemente que es imposible ordenar mujeres a las órdenes sagradas, incluido el diaconado.
En su carta apostólica de 1994 Ordinatio Sacerdotalis , el Papa Juan Pablo II enseñó “que la Iglesia no tiene autoridad alguna para conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres y que este juicio debe ser aceptado definitivamente por todos los fieles de la Iglesia”.
En 2018, el entonces prefecto de la CDF, el cardenal Luis Ladaria Ferrer, SJ, defendió la enseñanza de la Ordinatio Sacerdotalis como portadora del sello de la “infalibilidad”, habiendo Juan Pablo II “confirmado formalmente y hecho explícito, para eliminar toda duda, lo que el Magisterio Ordinario y Universal ha considerado durante mucho tiempo a lo largo de la historia como perteneciente al depósito de la fe”.
Pero es indudable que esta decisión definitiva del Papa Juan Pablo II es un dogma de fe de la Iglesia católica y que esto ya era así antes de que este Papa definiera esta verdad contenida en el Apocalipsis en el año 1994”, declaró en 2019 el ex prefecto de la CDF, el cardenal Gerhard Müller.
Por MICHAEL HAYNES,
Corresponsal en el Vaticano.
MARTES 15 DE OCTUBRE DE 2024.
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