Aunque no quisiéramos, tenemos que coincidir con la gran mayoría que ha expresado su sentir de no haber visto un segundo informe de gobierno presidencial, sino una conferencia mañanera más. Realmente, el martes pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador no pudo aportar demasiado a lo ya expuesto cada día en sus ruedas de prensa; no marcó ninguna diferencia.
Y no es que se trate solamente de descalificar las acciones de AMLO, pero en realidad no percibimos en ningún momento un planteamiento serio de un escenario real que en lo económico y en lo social pudiera explicarnos el porqué de los grandes recortes al presupuesto de egresos, por ejemplo.
Fue todo lo contrario, como en las mañaneras, López Obrador se desconectó de lo manifestado por el secretario de Hacienda en los días previos al informe, respecto a que el 2021 México enfrentará el año más difícil desde 1932, cuando la recesión económica en los Estados Unidos nos pegó realmente fuerte.
Aunque podría decirse que AMLO aceptó tal señalamiento de Arturo Herrera, dijo que “vamos bien”, que ya nos estamos recuperando en cuanto al empleo, que la gente está feliz y que no habrá endeudamiento, pero no pudo explicar cómo es que habla de recuperación económica con un presupuesto reducido y sin un panorama favorable en los ingresos por impuestos, con un sector empresarial vapuleado por él y la crisis.
Insistimos, fue más de lo mismo; austeridad republicana y todo lo que escuchamos a diario en las mañaneras; transferencias monetarias a la población vulnerable; reducción en el índice de feminicidios; combate a la corrupción; bla, bla, bla y de nuevo arremeter contra los conservadores, contra los adversarios que quieren frenar el proyecto de la 4T, lo que obliga a pensar más en un discurso de campaña electoral que en otra cosa.
En la parte sanitaria menos novedad, sólo saber que “México ha manejado la pandemia mejor que muchos otros países (alabanza en boca propia es vituperio), como Italia, España, Reino Unido y otros”. No importa que hoy tengamos un “escenario catastrófico”, así calificado por el propio Hugo López Gatell cuando nos dijeron que con 20 mil muertos ya teníamos domada la pandemia y hemos llegado a casi 67 mil fallecimientos.
Por ese rumbo se fue el informe. No hubo mayor énfasis en asuntos como el combate a la corrupción, por ejemplo, el caso Lozoya, la Estafa Maestra con Rosario Robles pagando las consecuencias, las adjudicaciones directas, o el hermano Pío recibiendo “donativos”; tampoco se habló gran cosa de la inseguridad, pero sí se abordó el asunto de la encuesta para que el pueblo decida si se enjuicia a los expresidentes. Más de lo mismo, artimañas con visos electorales y de nuevo arremeter contra el INE, institución que pretende deshacer.
¿Vamos bien?
Con información de Nuestra Voz/Editorial