Campeche. A mis amigos, Justicia y Gracia

ACN
ACN

Tal parece que en México la justicia seguirá aplicándose a conveniencia. Ahora que vivimos tiempos de la 4-T, con un jefe del Ejecutivo adorador de la política juarista, parece que han vuelto los tiempos aquellos en los que el gran reformador se refería a la aplicación de la justicia con una frase que venía del medioevo: A mis amigos, Justicia y Gracia; a mis enemigos, la Ley a secas.

Así de simple. El presidente Andrés Manuel López Obrador dice de manera reiterada que él no es vengativo, que viene a acabar la corrupción caiga quien caiga, pero desde el fondo salen a la superficie rastros de –no le llamemos venganzasajustes de cuentas con el pasado. No somos iguales, dice AMLO, pero ahí viene oculto un gatopardismo verbal, esto es, hablo para dar una apariencia de cambio, pero todo sigue igual.

Dice también el presidente que hace mucho tiempo que no habla con el Fiscal General de la República, ¿para qué?, se pregunta. Y posiblemente sea cierto, no habla con el Sr. Gertz Manero, pero a diario le da instrucciones vía la mañanera: “Hay que hacer esto… hay que hacer lo otro… no podemos dejar que sigan en sus tejemanejes…”. Y obviamente que el titular de la FGR entenderá a la perfección los mensajes cifrados.

Por ejemplo, todo mundo sabe lo desaseado que ha sido el juicio que se le sigue a Rosario Robles, la extitular de la Sedesol y de la Sedatu en tiempos de Enrique Peña Nieto. Involucrada en la llamada Estafa Maestra, la también ex jefa de gobierno del Distrito Federal, acusada del delito de omisión, cumplió ya un año en prisión y ella misma da un acuse de su situación.

«Cumplo un año de estar privada de mi libertad injustificadamente. La venganza de unos, la cobardía y el silencio cómplice de otros, y una procuración de justicia selectiva me tienen aquí. A quienes se les ha acusado de delitos más graves se les respetan sus derechos, y a los delincuentes del crimen organizado se les ha dejado flagrantemente en libertad”.

En una carta hecha pública en redes sociales, al ajustar su primer año en prisión, indicó que se ha puesto en marcha toda una maquinaria para denostarla, difamarla y hacer escarnio de su persona.

«Estoy aquí porque me llamo Rosario Robles. También porque soy mujer. Quieren borrar una vida entera de lucha por mejorar nuestro país, y por abrir espacios y pelear por los derechos de las mujeres. Quieren borrar mi historia, anularme, silenciarme. No es la primera vez»,

externó.

Punto. No hay más que decir sobre un caso que conoce la opinión pública al dedillo. Un caso que ha sido llevado por el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, sobrino de Dolores Padierna, esposa ésta de René Bejarano, el llamado “señor de las ligas”. Como se ve, aquí no hay ni justicia a secas, pudiera decirse que -al estilo de la mafia siciliana- no se trata más que de una vendetta.

Hoy, el caso de Rosario Robles ha vuelto a ventilarse en la opinión pública, tras la propuesta del fiscal Gertz Manero -ese con el que el presidente nunca habla- para que se le aplique una condena de 21 años de prisión. Así las cosas, la frase aquella del benemérito sigue vigente: “…a mis enemigos, justicia a secas”. Y mientras tanto, Pío López Obrador, exhibido en vídeos recibiendo “colaboraciones”, que no sobornos, para utilizar en campaña electoral -que sí es delito- seguirá disfrutando de la brisa tropical en su rancho.

Con Información de Nuestra Voz/Editorial

Comparte:
By ACN
Follow:
La nueva forma de informar lo que acontece en la Iglesia Católica en México y el mundo.