La Conferencia Episcopal Brasileña (CNBB) vuelve a hacer oír su voz en el caso de la niña de 10 años, que quedó embarazada después de un abuso sufrido dentro de la familia, y para la cual el Tribunal autorizó el aborto en la 22ª semana de gestación. En una entrevista radiofónica con la emisora «Rede Aparecida», el Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida y la Familia, Monseñor Ricardo Hoepers hizo un fuerte llamamiento a la defensa de los menores, recordando la importancia de una alianza entre la Iglesia, la familia y la sociedad para proteger a los niños de todo tipo de abusos.
Proteger a los niños de todo tipo de abusos
«La mayor parte de la violencia tiene lugar dentro del hogar – afirmó el Prelado – y esto hace que los niños sean muy vulnerables». Por lo tanto, debemos ayudar a los padres a permanecer cerca de sus hijos y movilizar a los maestros para que sepan detectar cualquier signo de depresión o agresión en sus alumnos. Detrás de ellos, de hecho, «podría haber episodios de abuso doméstico». La misma atención que Monseñor Hoepers exige a «los catequistas» y a «toda la sociedad, que debe comprometerse en la protección de los menores». «Nadie está exento de esta tarea», reitera el Obispo brasileño, esperando que el gobierno implemente «con urgencia, proyectos específicos».
El aborto no es la única solución
«Es bueno que empecemos a reflexionar sobre la importancia de la familia – añadió el Prelado – y sobre la necesidad de que todas las fuerzas políticas empiecen a invertir más en ella, como elemento de equilibrio social». No es, de hecho, «sólo la Iglesia, sino toda la sociedad para salvaguardar los valores y la importancia de la vida familiar» para el bien común y para el bien de cada individuo. Refiriéndose, pues, al caso de la niña de 10 años, Monseñor Hoepers define el aborto que se le indujo como «un acto criminal, un acto horrible, un acto abominable: hemos infligido la pena de muerte a un niño inocente que se ha convertido en un chivo expiatorio y esto es inaceptable». Sin negar las dificultades objetivas que conlleva tal caso, «especialmente para la madre-hijo», el Prelado afirma: «El aborto no es la única solución», hay otras posibilidades a favor de la vida. «Hoy en día, de hecho – explicó – la ciencia, la psicología, la medicina ofrecen muchas soluciones para acompañar un embarazo», sin olvidar la posibilidad de dar al niño en adopción. «¿Por qué, entonces, elegir la muerte y no la vida? ¿Esta es la sociedad que queremos construir, una sociedad que mata a sus hijos?», preguntó Monseñor Hoepers.
No se protege la vida eligiendo la muerte
El exponente de la CNBBB anunció entonces que tenía la intención de hacer una propuesta, es decir, que la Oficina del Defensor del Pueblo debería tener un grupo de trabajo específico en su seno para la protección del niño no nacido y para la protección de la familia. «El Estado debe salvaguardar la vida – subrayó el Obispo – porque pensar que el aborto es una solución normal es irracional. No se protege la vida eligiendo la muerte». Por último, Monseñor Hoepers precisó que la salvaguarda de la vida «no es el fundamentalismo ni fanatismo religioso», sino la protección de los menores y, con ellos, el futuro del país.
Con información de Vatican News