A punto de cumplirse el primer mes desde el fallecimiento de Benedicto XVI, siguen desvelándose nuevos motivos que originaron la renuncia de Ratzinger.
La revista «Focus» ha sido quien ha publicado que el origen de la renuncia de Benedicto XVI vino provocada por no superar el insomnio que padecía. Así se lo habría desvelado el mismo Pontífice en una carta a su biógrafo Peter Seewald. En la carta que Benedicto envió a Seewald unas semanas antes de su muerte, el 28 de octubre de 2022, dice literalmente que el «motivo central» de la dimisión «fue el insomnio que me acompaña continuamente desde la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia» que tuvo lugar en agosto de 2005.
Los «remedios fuertes» que su médico personal en ese momento le recetó, funcionaron inicialmente y garantizaron su «disponibilidad» como Papa. Sin embargo, esos medicamentos pronto «llegaron a sus límites» y sus efectos fueron decreciendo mermando su disponibilidad.
Además, también se desvela un incidente que le ocurrió en su viaje a México y Cuba en marzo de 2012. Según cuenta Benedicto en la carta, a la mañana siguiente de la primera noche agarró su pañuelo como de costumbre y estaba «totalmente empapado de sangre». «Debo haber chocado con algo en el baño y me caí». Un cirujano supo tratar el asunto «gracias a Dios» de tal manera que las heridas no fueran visibles, escribió Ratzinger en la carta enviada a Seewald.
Después de este accidente, su nuevo médico personal le insistió en reducir la ingesta de pastillas que usaba para dormir e insistió en que Benedicto solo debería aparecer en público por las mañanas en futuros viajes al extranjero. Según el propio Benedicto, tenía claro que estas restricciones médicamente justificadas «solo podrían aplicarse por un corto periodo de tiempo». Debido a que el próximo gran viaje al extranjero, la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, iba a tener lugar en julio de 2013 y sabía que ya no podría «gestionar» esta fecha, planeó su renuncia tan temprano que después de Río un «nuevo Papa» podría viajar, dijo Benedicto XVI.
VIERNES 27 DE ENERO DE 2023.
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