«Basta de tanta injusticia», obispo de Ciudad Juárez pide cambiar políticas migratorias

Guillermo Gazanini Espinoza
Guillermo Gazanini Espinoza

Dimes y diretes, nadie asume la responsabilidad en el gobierno de México por otra tragedia que sacude de nuevo la cuestión migratoria y la dura realidad que enfrentan decenas de migrantes en su paso a los Estados Unidos, agravada por las condiciones políticas y sociales de sus países de origen y las represivas de México y Estados Unidos.

El incendio de una estación migratoria de Ciudad Juárez dejó 38 muertos y 28 resultaron heridos identificados como colombianos, ecuatorianos, salvadoreños, guatemaltecos, hondureños y venezolanos.

En un comunicado, el obispo José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, expresó el su profundo dolor por el hecho al que definió como “terrible tragedia” llamando al esclarecimiento de los hechos y llamando a las autoridades al pronto esclarecimiento de los hechos.

Durante la misa celebrada en memoria de los fallecidos, el obispo de Ciudad Juárez, cuestionó el estado de la sociedad actual y apuntó a la muerte como causa del pecado y de las actuales condiciones que han descompuesto la convivencia. “El aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado es la ley… ¿En qué humanidad vivimos, qué humanidad hemos construido? Muerte, muerte, muerte… Pecado, pecado… Guerras, destrucción, injusticias, corrupción, indiferencia, apatía, conformismo. ¡Basta! ¡Basta!”

El prelado no dudó en que los hechos son un llamado fuerte que el Señor hace, urgiendo a la conversión de actitudes para construir una humanidad nueva. “Un pecado estructural, generalizado, en el cual yo estoy, también, todos, de una u otra manera. La fuerza del pecado es la ley. Cómo Jesús constantemente critica las actitudes fariseas, hipócritas, donde nos podemos justificar por la ley. Cuando hay que ver a la persona, su dignidad, Cristo viene, se encarna, se hace semejante a nosotros, menos en el pecado… nos respeta, nos consuela…”

Torres Campos dijo que la Iglesia condena todos estos hechos de pecado, de asesinatos, de muerte, de maldad. “Nos duele nuestra ciudad lastimada. Si no es las muertes diarias por la violencia, que son muchas, la pobreza y hoy, desde antes, pero hoy nuestros hermanos migrantes. ¿Qué está pasando? ¿En qué nos hemos convertido? Una realidad que nos interpela a todos…”

Esta situación debe llamarnos a ver por la dignidad de la persona y aseveró que los migrantes no son números ni estadísticas, son personas, son hijos de Dios. Recordando las enseñanzas del Papa Francisco, Torres Campos llamó a los gestos de acogida que se deben dar a los migrantes exigiendo el cambio de mentalidades para dejar de lado los propios intereses “de cualquier tipo, ideológicos, políticos, individual, mercantil…”

“No podemos callar, no podemos permanecer indiferentes, con tibieza y apatía”, dijo el obispo clamando por una unidad en todos los ambientes. El mundo no ha conocido a Cristo y esto se refleja en la tragedia que Ciudad Juárez vivió con el incendio. El clamor de todos es ¡Basta! ¡Basta de tanto dolor! ¡Basta de tanta muerte! ¡Basta de tanta injusticia!”

“¿Qué debemos hacer? ¿Qué viene?” dijo el prelado indicando que el Señor pide a todos, incluido el gobierno, unidad y trabajo conjunto, docilidad, y cambio, ver al hombre, respeto de la dignidad de la persona “que veamos por nuestros migrantes, los amemos, los respetemos y demos lugar, se favorezca su caminar, su derecho a emigrar… Este es un momento difícil…”

Posterior a la celebración, en rueda de medios, José Guadalupe Torres Campos llamó a vencer la indiferencia y aseguró que la Dimensión de Movilidad Humana planteará actividades para prevenir cualquier tragedia, “tenemos meses con esa situación, no es correcta, lo hemos señalado a nivel personal y episcopal, tenemos que hacer un proyecto juntos, el gobierno, cambiar sus políticas migratorias… Hemos insistido que los gobiernos, sobre todo a nivel federal, cambie su política migratoria, una regularización…”

Para el prelado, la responsabilidad es de todos, “corresponsables por indiferencia, por omisión, no hemos hecho lo correcto. Yo asumo mi responsabilidad, tengo que implementar más pastoral, cada quién, el gobierno debe evaluar, revisarse, debe haber un cambio de las políticas migratorias en nuestro país”.

Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano señaló, a través de un comunicado, su solidaridad a los afectados y recordó que lo sucedido no es un hecho aislado:  “Esta situación no es ajena y preocupa a la CEM, pues no se trata de casos aislados y guardan estrecha relación con lo sucedido en 2020 cuando una persona nacional de Guatemala perdiera la vida en la Estación Migratoria de Tenosique, Tabasco, así como los hechos en la Estación de Piedras Negras, Coahuila en 2022”.

La red CLAMOR, de la cual es presidente el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, publicó un comunicado en el que, uniéndose a la indignación de lo que calificó como “infausto suceso”, reiterando su cercanía eclesial a las víctimas y sus deudos, además, solicitó emprender las diligencias adecuadas para el esclarecimiento de las responsabilidades para que “tales situaciones no se repitan en detrimento del derecho a migrar, y que la calificación de la irregularidad migratoria no sea abordada como un delito que derive en privación de libertad. La detención de personas migrantes es un agravio a sus derechos humanos”.

Finalmente, el Papa Francisco, quien en su visita a México en 2016 bendijo una cruz del migrante en la frontera de México-Estados Unidos durante la visita a Ciudad Juárez el 17 de febrero, pidió en la audiencia de este miércoles 29 de marzo, “por los migrantes que fallecieron ayer en un trágico incendio en Ciudad Juárez, México, para que el Señor los reciba en su Reino y dé consuelo a sus familias…”

Comparte: